Los expatriados estadounidenses pueden enfrentarse a complicaciones fiscales al vivir en el extranjero. Aquí te explicamos cómo evitar la doble imposición y cumplir con las obligaciones fiscales.

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Los ciudadanos estadounidenses que viven en el extranjero a menudo se enfrentan a complicaciones fiscales que pueden resultarles confusas. A diferencia de la mayoría de los países, Estados Unidos y Eritrea son los únicos lugares donde los impuestos no se basan en la residencia. Esto significa que, independientemente de dónde se encuentren, los estadounidenses deben cumplir con las obligaciones fiscales de EE. UU. si sus ingresos superan ciertos umbrales, sin importar el lugar donde hayan ganado ese dinero.

La situación es compleja y puede resultar en una doble imposición si el país anfitrión también aplica impuestos sobre la renta. Para evitar esto, el IRS (Servicio de Impuestos Internos) ofrece varias deducciones, créditos y exclusiones que pueden ayudar a mitigar la carga fiscal.

Los expatriados deben informar sobre todos sus ingresos, incluidos salarios, salarios de trabajos freelance y cualquier otra fuente de ingreso imponible.

Esto incluye transacciones de criptomonedas y cuentas financieras en el extranjero si la suma total supera los 10,000 dólares (aproximadamente 9,400 euros) en cualquier momento durante el año.

Esto es crucial, ya que no informar adecuadamente sobre estos ingresos puede resultar en sanciones severas.

Para evitar ser gravados doblemente, los expatriados pueden optar por la Exclusión de Ingresos Ganados en el Extranjero o el Crédito por Impuestos Extranjeros.

"Generalmente es mejor optar por el crédito, ya que se traduce en una reducción directa de la cantidad que debes", explica Lisa Greene-Lewis, portavoz y contadora pública certificada de TurboTax.

La Exclusión de Ingresos Ganados en el Extranjero permite a los expatriados excluir hasta 126,500 dólares (alrededor de 118,000 euros) de ingresos calificados de impuestos en 2024.

Para calificar, deben cumplir con ciertos criterios, como el test de residencia bona fide, que requiere que hayan vivido en el país extranjero durante un período ininterrumpido que abarque todo el año.

Además, los expatriados deben presentar sus declaraciones de impuestos utilizando el formulario 1040, pero pueden necesitar formularios adicionales como el 114 para informar cuentas bancarias extranjeras.

La fecha límite habitual para presentar es el 15 de abril, aunque los expatriados tienen una extensión automática hasta el 15 de junio. Si necesitan más tiempo, pueden solicitar una extensión hasta el 15 de octubre, aunque el IRS subraya que los intereses se acumulan sobre cualquier impuesto no pagado antes de la fecha de vencimiento original.

Es importante que los estadounidenses en el extranjero se mantengan informados y cumplan con sus obligaciones fiscales para evitar problemas con el IRS.

Con una planificación adecuada y un conocimiento claro de las leyes fiscales, pueden navegar por el complicado panorama fiscal internacional y minimizar su carga tributaria.