Una nueva legislación busca establecer un límite del 10% a las tasas de interés de las tarjetas de crédito en EE.UU., un intento de aliviar la carga de la deuda.
En medio de un aumento significativo en las tasas de interés de las tarjetas de crédito y un incremento en los impagos, se ha presentado una propuesta de ley con apoyo bipartidista que busca establecer un límite del 10% en estas tasas, aproximadamente la mitad del promedio actual, que ronda el 21.5%. Esta legislación, impulsada por los senadores Bernie Sanders y Josh Hawley, surge como respuesta a la promesa de campaña del expresidente Donald Trump, quien se comprometió a fijar un tope del 10% para las tasas de tarjetas de crédito, al menos de forma temporal, mientras los trabajadores se recuperan de las difíciles condiciones económicas.
El senador Hawley afirmó que “los estadounidenses trabajadores están ahogándose en deudas récord de tarjetas de crédito, mientras que los principales emisores de tarjetas de crédito se enriquecen cada vez más al aumentar sus tasas de interés”.
Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones que se perciben en esta propuesta, expertos de la industria advierten que podría haber consecuencias tanto positivas como negativas para los consumidores.
Históricamente, este tipo de propuestas han enfrentado resistencia. En 2023, Hawley ya había propuesto un límite más modesto del 18%, el cual no prosperó en el Congreso. Líderes de la industria bancaria han expresado sus preocupaciones, afirmando que la propuesta de un límite del 10% podría eliminar el acceso a tarjetas de crédito para millones de consumidores y obligarlos a recurrir a opciones de crédito más costosas y menos reguladas.
Una de las principales críticas que reciben las compañías de tarjetas de crédito es que asumen un riesgo al extender crédito a consumidores con un historial crediticio inestable.
Estos clientes suelen pagar tasas más altas, lo que les permite a las empresas compensar las pérdidas que sufren por impagos. Actualmente, las tasas de impago en tarjetas de crédito superan el 3%, la cifra más alta desde 2011, cuando el país se recuperaba de la Gran Recesión.
Si el Congreso llegara a imponer un límite del 10%, los analistas sugieren que las compañías de tarjetas probablemente dejarían de aprobar solicitudes de crédito para quienes tengan un historial crediticio débil, lo que afectaría desproporcionadamente a los estadounidenses de bajos ingresos.
La situación actual refleja un ciclo vicioso: el aumento de las tasas empuja a algunos consumidores a dejar de pagar, lo que provoca que las compañías eleven aún más sus tasas.
Sin la posibilidad de cobrar altos intereses, los emisores de tarjetas podrían negarse a ofrecer crédito a los consumidores de mayor riesgo, ampliando así la brecha de acceso a la financiación.
Además, si se limitan las tarjetas de crédito, es probable que los consumidores busquen alternativas más peligrosas. Muchos podrían optar por opciones como 'compra ahora, paga después', que aunque permiten pagos a plazos, pueden llevar a una acumulación de deudas incontrolables.
Otros podrían recurrir a préstamos de día de pago, que son préstamos de alto interés con vencimiento en el próximo día de pago.
Es importante recordar que la industria de tarjetas de crédito ha hecho predicciones de consecuencias negativas ante regulaciones anteriores, como la Ley de Responsabilidad y Divulgación de Tarjetas de Crédito de 2009, que limitó la imposición de tarifas punitivas.
Sin embargo, estudios posteriores demostraron que esta ley ahorró dinero a los consumidores y expandió el acceso al crédito.
Aunque un límite del 10% puede no parecer realista, la creciente preocupación por las tasas de interés, que en ocasiones superan el 30%, hace que la discusión sobre la regulación de estas tasas sea más pertinente que nunca.
La posibilidad de considerar un límite más alto, como el 20% o 30%, podría abrir el debate sobre cómo proteger a los consumidores sin restringir su acceso al crédito.