Estados Unidos registró en abril una creación de empleo sólida de 177,000 puestos, a pesar de las incertidumbres generadas por las políticas arancelarias de la administración Trump y las recientes revisiones en los datos de meses anteriores. La tasa de desempleo se mantuvo en el 4.2%, reflejando un mercado laboral resistente, aunque algunos sectores enfrentan desafíos debido a las tensiones comerciales y las medidas de austeridad en el sector público.

El mercado laboral de Estados Unidos mostró en abril una notable resiliencia, con la incorporación de aproximadamente 177,000 nuevos empleos, según el informe del Departamento de Trabajo.
A pesar de las incertidumbres generadas por las recientes políticas arancelarias instauradas por la administración Trump y las revisiones a la baja en los datos de los meses anteriores, el mercado continúa mostrando signos de fortaleza.
Este crecimiento en el empleo ocurrió en un contexto en el que las tensiones comerciales y las tarifas elevadas han generado preocupaciones sobre una posible desaceleración económica.
Sin embargo, los analistas destacan que la economía estadounidense mantiene un ritmo estable, con una tasa de desempleo que se mantiene en 4.2%, nivel que se ha considerado óptimo en los últimos años para un mercado saludable.
Desde el inicio de 2024, el promedio mensual de creación de empleo ha sido de 143,000 puestos, cifra que, aunque ligeramente menor a la de 2023, sigue siendo significativa en medio de un escenario de alta incertidumbre.
La economía ha mostrado cierta resistencia a las políticas proteccionistas y a los efectos de la guerra comercial, en parte gracias a sectores como la salud, que lideró las contrataciones con 51,000 nuevos empleos, y el transporte, que sumó 29,000 plazas, en preparación para una posible subida de tarifas.
El sector de ocio y hospitalidad también contribuyó con 24,000 nuevos puestos, impulsado por la recuperación en restaurantes y bares, mientras que los servicios profesionales y empresariales sumaron 17,000 empleos más.
La actividad financiera añadió 14,000 empleos, manteniendo así su tendencia de crecimiento constante.
Por otro lado, sectores como la manufactura y el comercio minorista experimentaron retrocesos, con pérdidas de 1,000 y 1,800 empleos respectivamente.
Estas caídas reflejan el impacto de las tarifas elevadas, que están reduciendo los márgenes de ganancia y limitando las ventas, ya que muchas empresas trasladan los costos a los consumidores.
En el ámbito salarial, los ingresos promedio por hora aumentaron en 5.5 euros, situándose en aproximadamente 36.06 euros, con un incremento anual del 3.8%. Esta cifra indica una desaceleración en el crecimiento de los salarios, alineándose con la meta de inflación del 2% del Federal Reserve, que busca equilibrar el crecimiento salarial con la estabilidad de precios.
El Banco Central de Estados Unidos, la Reserva Federal, no prevé reducir las tasas de interés en el corto plazo, ya que el mercado laboral aún refleja un escenario saludable.
La tensión entre la necesidad de controlar la inflación y la posibilidad de una recesión futura mantiene a los responsables políticos en una posición de cautela, aunque han señalado que priorizarán el control de los precios.
A pesar de estos datos positivos, el panorama no está exento de desafíos. Las tarifas arancelarias, que en algunos casos alcanzan niveles históricos, están elevando los costos de importación y afectando la confianza de consumidores y empresarios.
La guerra comercial, iniciada en 2018, ha tenido un impacto duradero en el mercado laboral, especialmente en sectores dependientes de las cadenas de suministro internacionales.
Además, las políticas migratorias restrictivas, que en 2025 podrían deportar a cientos de miles de inmigrantes sin permisos permanentes, limitan aún más la oferta de mano de obra en sectores clave como la agricultura, la hostelería y el comercio.
Esto podría ralentizar aún más la creación de empleo en los próximos meses.
La economía estadounidense, que en el primer trimestre de 2024 se contrajo en un 0.3% anual según datos del Departamento de Comercio, presenta un escenario complejo. Aunque las cifras de consumo y gasto empresarial siguen siendo sólidas, la entrada masiva de importaciones antes de la aplicación de tarifas ha contribuido a esa contracción.
Expertos advierten que, aunque técnicamente Estados Unidos no se encuentra en recesión, hay un riesgo real de que la economía pueda entrar en una etapa de desaceleración o recesión en los próximos meses.
La incertidumbre generada por las políticas arancelarias, junto con la posible desaceleración del mercado laboral, mantiene en vilo a los economistas y a las instituciones financieras.
En definitiva, el mercado laboral en Estados Unidos en abril refleja una economía que, pese a las dificultades, logra mantener un crecimiento estable y una tasa de desempleo baja.
Sin embargo, los efectos acumulados de las tarifas, las tensiones comerciales y las políticas migratorias podrían traducirse en una desaceleración en los meses venideros, haciendo que tanto los empleadores como los trabajadores deban adaptarse a un entorno cada vez más desafiante.