El reciente acuerdo de comercio entre Estados Unidos y el Reino Unido podría modificar los aranceles y afectar el costo de productos importados, incluyendo automóviles de lujo y bienes de consumo, generando cambios en los precios para los consumidores en ambos países.

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El pasado jueves, Estados Unidos y el Reino Unido firmaron un acuerdo comercial que promete modificar algunas de las políticas arancelarias existentes, con la esperanza de promover un mayor intercambio de bienes y servicios entre ambas naciones.

Este pacto marca un hito, ya que es el primer acuerdo importante desde que el expresidente Donald Trump impuso aranceles elevadísimos en abril de 2024, afectando principalmente a sectores clave de la economía.

Según los detalles revelados, uno de los aspectos más destacados del acuerdo es la reducción del arancel sobre ciertos automóviles importados del Reino Unido hacia Estados Unidos.

Actualmente, la tarifa base del 10% se mantendrá, pero se reducirá al 10% en los primeros 100,000 vehículos importados anualmente. Esto representa un alivio significativo para marcas como Rolls-Royce y Aston Martin, que fabrican sus modelos en el Reino Unido. En términos monetarios, esta reducción podría suponer un ahorro de aproximadamente 8.000 euros en cada vehículo de lujo importado, considerando los precios promedio de estos autos.

Históricamente, las relaciones comerciales entre EE.UU. y el Reino Unido han sido fundamentales para la economía global, remontándose a décadas atrás cuando ambos países consolidaron alianzas estratégicas tras la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, la imposición de aranceles en 2024 generó incertidumbre, afectando principalmente a sectores como el automotriz, la maquinaria y los productos químicos.

La firma del acuerdo actual busca aliviar esas tensiones y facilitar un flujo más libre de bienes.

Por otro lado, el acuerdo también contempla la posible eliminación de aranceles sobre el acero británico, que actualmente enfrenta una tarifa del 25% en EE.UU. La UK Steel Association ha expresado optimismo, ya que la reducción de estos aranceles permitirá a los productores británicos mantener su presencia en el mercado estadounidense, exportando miles de toneladas sin pagar impuestos adicionales.

Esto, en términos económicos, podría representar una reducción de costos de aproximadamente 20 millones de euros anuales para las empresas británicas del sector.

Además, el acuerdo abre oportunidades para exportaciones estadounidenses hacia el Reino Unido por valor de unos 4,1 mil millones de euros, incluyendo productos como carne de res, maquinaria agrícola y componentes tecnológicos.

La Casa Blanca informó que en los próximos meses, una aerolínea británica anunciará la compra de aviones Boeing por un valor estimado de 9 mil millones de euros, lo que también beneficiará a la economía estadounidense.

No obstante, expertos como el economista Justin Wolfers de la Universidad de Michigan advierten que, dado que el Reino Unido representa solo alrededor del 3% del comercio total de EE.UU., los efectos del acuerdo en la economía estadounidense serán limitados. La mayoría de los productos importados seguirán enfrentando aranceles del 10%, por lo que los consumidores podrían seguir viendo aumentos en los precios de bienes importados, incluyendo automóviles, electrónicos, y productos de lujo.

Para los consumidores estadounidenses, esto significa que los precios de los autos de lujo, especialmente los importados del Reino Unido, podrían mantenerse elevados.

La reducción en los aranceles de los automóviles de lujo, como los modelos de Aston Martin y Rolls-Royce, podría traducirse en una disminución de unos 6.500 euros en el costo final de cada vehículo, pero para la mayoría de los productos, los aranceles seguirán siendo un factor que incrementa los precios.

En conclusión, aunque el acuerdo representa un avance en las relaciones comerciales, su impacto en el día a día de los consumidores será limitado en comparación con los efectos que tuvieron los aranceles previos.

Sin embargo, la reducción en las tarifas para ciertos autos de lujo y la posible eliminación de aranceles sobre productos esenciales, como el acero, son noticias positivas para las empresas y consumidores que se benefician de un comercio más abierto.

Solo el tiempo dirá cuánto se traducirá en menores costos y mayores oportunidades para los productores y consumidores en ambos países.