El cardenal Robert Francis Prevost, ahora Papa León XIV, revela su pasión por el tenis y su interés en eventos deportivos tras ser elegido líder de la Iglesia Católica, mientras figuras del deporte expresan su deseo de interactuar con él.

El pasado jueves, la Iglesia Católica anunció la elección de Robert Francis Prevost como nuevo Papa, quien tomó el nombre de León XIV. Lo que quizás no era tan conocido antes, es su afición por el tenis, un detalle que ha llamado la atención tanto de medios como de deportistas internacionales.
Prevost, un cardenal peruano de 64 años, se ha convertido en una figura de interés no solo por su liderazgo espiritual, sino también por sus pasatiempos y rasgos humanos.
Prevost confesó en una entrevista reciente su afición por el tenis, deporte que practicó en su juventud en su país natal y que actualmente ha podido retomar en partes.
“Desde que salí de Perú, he tenido pocas ocasiones para jugar, dado que las responsabilidades de mi cargo me han mantenido ocupado la mayor parte del tiempo, pero siempre mantengo vivo mi interés”, expresó.
Es un hecho que su perfil no era mediático fuera del ámbito eclesiástico hasta antes de su nombramiento, pero ahora su presencia en eventos deportivos y su interacción con figuras del tenis ha generado revuelo.
Justo el día en que fue presentado como Papa en el Vaticano, en el marco del relevo papal, se desarrollaba el Masters 1000 de Roma, uno de los torneos de tenis más importantes del calendario internacional.
En ese contexto, figuras como Stefanos Tsitsipas, actual tenista griego número 5 del mundo, reveló su interés en pelotear con Prevost. En la conferencia de prensa posterior a una victoria, Tsitsipas comentó: “¿Por qué no? Sería un honor jugar con alguien que es tan apasionado por el deporte y que, además, tiene una presencia tan carismática”.
Por su parte, Coco Gauff, joven estrella del tenis femenino y campeona del US Open 2023, también se manifestó sobre la designación papal. La deportista expresó que pensaba en acudir a la Plaza de San Pedro en celebración, pero consultó su agenda y decidió no interrumpir su preparación para el próximo torneo.
“Espero que próximamente vea algo de tenis femenino en el Vaticano o en otros eventos”, añadió. Gauff destacó que sería interesante que algunos líderes mundiales, incluido el Papa, muestren interés por eventos deportivos.
La noticia de la elección de Prevost no solo se convirtió en un tema para la comunidad religiosa, sino también para el mundo del deporte. La ceremonia de nombramiento coincidió con partidos de la primera ronda de torneos en diferentes partes del mundo, incluyendo la cancha central del Foro Itálico, donde en medio de un partido entre Jacob Fearnley y Fabio Fognini, en un momento el estadio mostró la imagen de Prevost con un mensaje que decía ‘Papa León XIV’ en las pantallas gigantes.
Este hecho refleja cómo las figuras religiosas y los deportistas pueden converger en eventos de alta exposición, generando un interés que trasciende sus ámbitos habituales.
Además, Prevost también tiene otros gustos; su hermano Louis compartió que es fanático de los Chicago White Sox, un equipo de béisbol de las Grandes Ligas, un deporte muy popular en Estados Unidos y también referente cultural.
Aunque menos conocido por su faceta deportiva, el Papa prevé ahora ser una figura cercana no solo a la religión, sino también a la comunidad deportiva internacional.
Históricamente, el papel del liderazgo eclesiástico en la cultura popular ha ido en aumento desde la elección de Juan Pablo II en 1978, quien aprovechó su presencia para interactuar con figuras públicas y promover causas sociales.
La sorprendente afición de Prevost por el tenis añade un capítulo más a esa tendencia, mostrando una faceta humana y moderna del liderazgo religioso, que puede generar empatía y acercar diferentes ámbitos de la sociedad.
La expectativa ahora es si Prevost participará en futuros eventos deportivos o si, como suviste, será un visitador regular en las canchas y estadios mundiales en su rol de Papa.