Nicolás Alvarez, futbolista trans de 25 años, comparte su lucha por la inclusión y el reconocimiento en el fútbol argentino, enfrentando obstáculos reglamentarios y sociales que aún limitan la participación de personas trans en el deporte.

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Esta decisión no solo representa un acto personal de affirmación, sino que también encarna una batalla por la inclusión en un ámbito que, a pesar de las leyes que protegen los derechos de las personas trans en Argentina, aún mantiene normativas restrictivas y reglamentos binarios.

El #fútbol ha sido parte fundamental en la vida de Nico desde su infancia en Moreno, un barrio de la provincia de Buenos Aires. Durante sus primeros años, jugó en equipos masculinos debido a la inexistencia de categorías para niñas en su comunidad, pero más tarde se volcó hacia el fútbol femenino.

Sin embargo, su ordén de vida y su proceso de transición lo llevaron a enfrentarse a las barreras reglamentarias impuestas por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que aún considera que la participación en torneos femeninos está restricta a mujeres cisgénero.

Estas limitaciones administrativas lo llevaron a volver a cambiar su DNI en diciembre de 2023, quitando la letra «M» y poniendo una «F», para poder jugar en la categoría femenina de Vélez Sarsfield.

La dificultad no solo radica en el aspecto legal, sino también en la falta de precedente en estos casos en Argentina, lo que genera confusión y desamparo para muchos deportistas trans.

Nicolás explica que su proceso fue acompañado por asesoramiento legal y diálogo con organizaciones como la Confederación #Argentina de Deportes (CAD), pero que la normativa en la AFA sigue sin reconocer las identidades autopercibidas.

"Lo que pedimos es que se reconozca nuestro género en los registros oficiales y en las regulaciones deportivas. No es solo un trámite, sino un derecho humano", afirma Nico, quien además resalta la falta de avances concretos en los departamentos de género de las instituciones deportivas, incluyendo Vélez.

"Desde hace años que luchamos por abrir espacios seguros y respetuosos, pero aún estamos lejos de esa realidad", denuncia.

El caso de Nicolás no solo evidencia las barreras administrativas, sino también la transfobia social que aún persiste en la cultura deportiva. La participación de deportistas trans en el fútbol femenino, aunque todavía limitada, comienza a visibilizarse, y Nico cree que su historia puede abrir camino para más casos similares.

"En el fútbol femenino hay muchos pibes trans que no se animan a salir

"En el fútbol femenino hay muchos pibes trans que no se animan a salir, por miedo a ser discriminados o expulsados. Es importante que se hable y que se escuchen nuestras voces", sostiene.

Por otro lado, Nicolás también enfrenta el debate sobre las ventajas deportivas, un tema que divide opiniones en la comunidad futbolística mundial.

A diferencia de muchas deportistas trans, que juegan en categorías femeninas sin hormonización o con regulaciones específicas, Nico se encuentra en un proceso de transición hormonal que aún no modifica su participación en el deporte.

Él destaca que su nivel de testosterona es bajo y que su participación siempre ha estado dentro de los límites considerados justos, enfrentándose a acusaciones transfóbicas que minimizan su experiencia.

La historia de Nico además revela los desafíos que enfrentan muchos jóvenes trans en contextos vulnerables. Nació en Merlo y creció en Moreno, zonas marcadas por la pobreza y la violencia. Para él, el fútbol fue un salvavidas que le permitió no solo desarrollarse como deportista, sino también encontrar un propósito y un sentido de pertenencia.

"El fútbol me salvó la vida y me permitió viajar, conocer gente y tener sueños", afirma.

En el proceso de transición, Nico también realizó una mastectomía de masculinización en el tórax y sigue con su tratamiento hormonal. Sabe que en el futuro podrá modificar su DNI nuevamente si la normativa deportiva se actualiza, lo cual considera un paso fundamental para que las personas trans puedan participar sin obstáculos.

"Este sistema necesita cambiar, y estamos en ese proceso. No solo por mí, sino por todos los que vienen detrás", concluye.

La lucha de Nicolás Álvarez es un espejo de la realidad de muchos jóvenes trans en Argentina y el mundo. La visibilización de su caso busca promover el debate sobre la necesidad de reformar las regulaciones deportivas y garantizar derechos iguales para todos, más allá del género biológico.