Iniciativa impulsada en Cataluña para garantizar la transparencia de precios en las promociones del Black Friday y Cyber Monday, con inspecciones previas y un historial de sanciones.

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La Generalitat de Cataluña ha iniciado una nueva iniciativa destinada a controlar los precios de una variedad de productos durante el Black Friday y el Cyber Monday de este año.

Estas fechas de compras, que atraen a millones de consumidores, están programadas para el 29 de noviembre y el 2 de diciembre, respectivamente.

Para garantizar que los consumidores puedan confiar en las ofertas, el gobierno catalán ha puesto en marcha una vigilancia rigurosa que se desarrollará durante dos meses.

El programa de control incluye la inspección de 80 comercios en sectores clave como la electrónica de consumo, la moda y los artículos para el hogar.

Este estudio abarca un total de 2.960 productos, de los cuales 2.660 son vendidos a través de plataformas de venta online, mientras que los 300 restantes se encuentran en tiendas físicas.

Esta variedad busca asegurar que los descuentos exhibidos sean auténticos y no engañosos.

Una de las especificaciones cruciales de la normativa es que todas las empresas deben presentar tanto el precio original como el precio rebajado, así como el porcentaje de descuento.

El precio original que se utilizará como referencia es el más bajo que haya tenido el producto en el mismo establecimiento durante los treinta días previos a la promoción.

Esto pretende evitar prácticas desleales que puedan perjudicar al consumidor y fomentar un ambiente de compra más claro y justo.

Este control de precios no es una novedad en la región, ya que durante la pasada campaña de Black Friday en 2022, la Generalitat impuso sanciones a 47 empresas, lo que resultó en multas por un total de 1.014.000 euros.


Este año, se abrieron 41 expedientes sancionadores durante el mismo evento, lo que demuestra un esfuerzo continuo por parte de las autoridades para salvaguardar los derechos del consumidor.

Históricamente, el Black Friday ha sido visto como un catalizador para el comercio minorista en toda Europa.

En 2011, esta práctica originada en Estados Unidos comenzó a ganar aceptación en el viejo continente, impulsando una serie de promociones y descuentos en distintas industrias.

No obstante, el enfoque en la transparencia y la regulación ha crecido con el tiempo, especialmente a medida que el comercio online se ha vuelto predominante.

El gobierno catalán enfatiza la importancia de esta campaña no solo como un medio para facilitar las compras, sino también como una herramienta para fomentar la confianza del consumidor en el entorno digital.

Con el incremento de las compras online, principalmente durante temporadas de descuentos, garantizar precios justos es más relevante que nunca.

La expectativa es que, mediante esta vigilancia, se limite el aprovechamiento indebido de las ofertas y se establezca un panorama más competitivo y ético en el comercio.

Los consumidores están cada vez más informados y conscientes de sus derechos, y esta campaña es un paso hacia un marco más equilibrado para el comercio en línea y físico.