El Centro de Supercomputación de Castilla y León refuerza su apuesta por la investigación en biocomputación y ciencias humanas, con nuevas instalaciones y estrategias para potenciar su liderazgo en tecnología avanzada.

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Dependiente de la Consejería de Movilidad y Transformación Digital, esta institución ha presentado un balance positivo correspondiente al primer semestre de 2025, destacando avances significativos en sus líneas de #investigación y en la expansión de su infraestructura.

Supuestamente, el crecimiento de SCAYLE refleja la visión de la región por convertirse en un centro neurálgico en #supercomputación y análisis de datos avanzados.

La institución ha definido claramente dos áreas prioritarias: por un lado, el estudio en #humanidades y ciencias sociales, y por otro, la #biocomputación y las ciencias tecnológicas.

Estas líneas estratégicas buscan integrar proyectos innovadores que puedan resolver desafíos complejos en diferentes ámbitos.

En el aspecto tecnológico, supuestamente, SCAYLE ha incrementado su capacidad de procesamiento, permitiendo abordar proyectos de gran escala en áreas como inteligencia artificial, modelización molecular y simulaciones climáticas.

Se estima que la potencia de sus supercomputadores se ha incrementado en un 30%, alcanzando un equivalente a unos 50 peta FLOPS, lo que posiciona a #Castilla y León a la vanguardia en investigación científica en Europa.

Además, presuntamente, la institución continúa promoviendo alianzas con varias universidades nacionales e internacionales, incrementando el uso de sus recursos para investigaciones en biotecnología, salud y sostenibilidad.

En particular, se ha señalado que varias universidades españolas están utilizando el supercomputador para proyectos relacionados con la genómica y la simulación de nuevos fármacos, en línea con la tendencia global hacia la medicina personalizada.

Por otro lado, el futuro del centro pasa por la construcción de una nueva sede, cuya obra avanza según los plazos previstos y que se espera pueda estar terminada en 2025.

Con un diseño que integrará tecnologías de última generación para reducir el impacto ambiental

Este nuevo espacio será un centro de referencia en sostenibilidad y eficiencia energética, con un diseño que integrará tecnologías de última generación para reducir el impacto ambiental.

The presuntamente, el nuevo edificio contará con un Centro de Procesamiento de Datos (CPD) de alta disponibilidad, preparado para afrontar los retos de la ciencia del futuro.

Supuestamente, la migración de los sistemas del centro a la nueva sede será un proceso complejo, que requerirá una planificación minuciosa para garantizar la continuidad de las investigaciones.

Se estima que esta transición podría durar unos 18 meses, y que durante ese período, el centro continuará operando en sus instalaciones actuales.

En el ámbito económico, las cuentas anuales de 2024 reflejan una tendencia positiva en la gestión del centro, concluyendo con un superávit de aproximadamente 2 millones de euros, equivalentes a unos 1,9 millones de euros en la moneda local.

Esto se atribuye, presuntamente, a la optimización en la gestión de recursos y a la obtención de fondos europeos destinados a proyectos de innovación tecnológica.