La Junta de Castilla y León activa un plan de emergencia tras un fallo generalizado en el suministro eléctrico, con más de 1.350 llamadas de auxilio y la movilización de unidades militares y voluntarios para garantizar la atención en hospitales y centros vulnerables.

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El 28 de abril de 2025, la comunidad autónoma de Castilla y León enfrentó una situación de crisis debido a un fallo masivo en el suministro eléctrico que afectó a toda la región.

La caída del servicio eléctrico provocó una avalancha de llamadas de emergencia, alcanzando un total de aproximadamente 1.350 llamadas en toda la comunidad. Este incidente llevó a la activación del nivel 2 del Plan de Protección Civil de Castilla y León (PLANCAL), en un esfuerzo coordinado para gestionar la situación y restablecer la normalidad.

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, presidió una reunión extraordinaria del Centro de Coordinación Operativo Integrado (CECOPI) en Valladolid, donde participaron representantes de diferentes organismos implicados en la gestión de emergencias.

En esta reunión se determinaron las acciones prioritarias para atender las incidencias derivadas del corte eléctrico y apoyar a la población más vulnerable.

Desde el CECOPI, se movilizaron recursos para garantizar el suministro de combustible a los generadores en los hospitales, ante la posible escasez de energía.

Además, la Sala 112, a través del sistema de Avisos, informó a los cuerpos y fuerzas de seguridad, así como a los servicios de prevención, extinción de incendios y salvamento, para que colaboraran en la atención en centros de salud, residencias y otros edificios con personas dependientes.

Por otra parte, se solicitó la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para dotar de generadores eléctricos a los hospitales principales y a instalaciones con personas en situación de vulnerabilidad.

La coordinación entre las distintas instituciones se fortaleció mediante la comunicación constante entre la Sala 112, el Servicio de Salud de Castilla y León (SACYL) y el Centro Coordinador de Emergencias.

El impacto del corte eléctrico fue significativo, afectando también las telecomunicaciones, lo que complicó aún más la respuesta. La caída puntual de las líneas telefónicas llevó a activar protocolos especiales para mantener la comunicación y garantizar la atención a los ciudadanos.

La Unidad de Apoyo Logístico y de Emergencias también fue activada para brindar asistencia en la resolución de incidencias.

Este tipo de incidentes no son nuevos en la historia de Castilla y León. La región, con una extensión de aproximadamente 94.000 kilómetros cuadrados y una población de cerca de 2.4 millones de habitantes, ha enfrentado anteriormente emergencias similares, principalmente relacionadas con fenómenos meteorológicos adversos y fallos en infraestructuras.

La respuesta coordinada en 2019, cuando una tormenta dejó sin electricidad a varias localidades, sirvió como antecedente para mejorar los protocolos actuales.

La participación de las agrupaciones de voluntarios de Protección Civil ha sido clave en la distribución de ayuda y en el apoyo a las tareas de emergencia.

La colaboración entre organismos públicos, militares y voluntarios demuestra la importancia de una respuesta integral ante situaciones críticas como la ocurrida en esta ocasión.

Mientras tanto, las autoridades continúan trabajando para restablecer completamente el suministro eléctrico y evaluar los daños ocasionados por el fallo.

En resumen, la rápida movilización de recursos y la coordinación efectiva entre los diferentes niveles de gestión han sido fundamentales para minimizar los efectos de esta emergencia.

La comunidad seguirá en alerta, con la esperanza de que eventos similares no vuelvan a repetirse en el futuro cercano, y reforzando la importancia de tener planes preparados para afrontar emergencias de esta magnitud.