La Junta de Castilla y León apoya la colaboración entre empresas y productores locales para combatir el desperdicio alimentario y fomentar un consumo más sostenible.

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La consejera de Industria, Comercio y Empleo de Castilla y León, Leticia García, ha cerrado en Valladolid una jornada que tuvo como objetivo la presentación del Informe de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de Alcampo.

En su intervención, García enfatizó la importancia de la cooperación entre la cadena de suministro y los productores locales, señalando que este modelo es clave para crear empleo y fortalecer la economía de la región.

En el año 2024, Alcampo realizó compras por valor de más de 200 millones de euros, aproximadamente 170 millones de euros, a empresas locales de Castilla y León.

Esta inversión ha permitido establecer relaciones estables con más de 300 productores locales, además de ofrecer alrededor de 500 referencias de productos de la región en sus tiendas.

La consejera destacó que esta iniciativa no solo contribuye a la economía local, sino que también fomenta un modelo comercial más sostenible al priorizar los productos de proximidad.

Alcampo, que cuenta con 82 supermercados y 4 hipermercados en Castilla y León, ha generado aproximadamente 1.800 empleos directos, lo que refuerza su compromiso con la comunidad y la generación de riqueza. La consejera también valoró las iniciativas de la empresa en la lucha contra el desperdicio alimentario, tales como la donación de excedentes y la venta de productos a precios reducidos para evitar que se desperdicien.

García subrayó que la gestión eficiente de los stocks y las campañas de sensibilización hacia los consumidores son fundamentales en esta lucha.

La lucha contra el desperdicio alimentario se ha convertido en un objetivo estratégico compartido entre la Junta y el sector comercial, que busca construir un modelo de consumo más solidario y sostenible.

La consejera declaró que la responsabilidad social corporativa no debe ser vista solo como un compromiso ético, sino como una oportunidad real para mejorar la competitividad de las empresas, fomentar el empleo y fortalecer la cohesión territorial.

Este enfoque es particularmente relevante en un contexto donde la sostenibilidad se ha vuelto crucial. A lo largo de la historia, iniciativas similares han marcado una diferencia significativa en comunidades de todo el mundo. Por ejemplo, en 2015, la ONU estableció los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen la reducción del desperdicio alimentario como una de sus metas.

Estas políticas han incentivado a muchas empresas a adoptar prácticas más responsables y sostenibles.

La consejera concluyó su intervención resaltando que las empresas y emprendedores de Castilla y León están demostrando que es posible crecer de manera sostenible, integrando la responsabilidad social en sus actividades diarias.

Este modelo no solo beneficia a las empresas, sino que también crea oportunidades y mejora la calidad de vida en toda la comunidad.