La Consejería de Agricultura amplía hasta el 5 de mayo el período para solicitar ayudas para cosecha en verde y reconversión del viñedo, ante las dificultades provocadas por un apagón eléctrico que afectó el registro telemático.

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla y León anunció la ampliación del plazo para presentar solicitudes para las ayudas destinadas a la cosecha en verde y a la reestructuración y reconversión de viñedos, una decisión tomada en respuesta a los problemas técnicos causados por un apagón eléctrico que impedía el correcto funcionamiento del registro telemático.

Originalmente, el período para presentar estas solicitudes finalizaba hoy, 29 de abril de 2025, pero ahora los viticultores tienen hasta el 5 de mayo, inclusive, para gestionar sus peticiones.

La medida fue solicitada ayer por la tarde por la propia Consejería al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y en la mañana de hoy, fue atendida favorablemente por la Dirección General de Producciones y Mercados Agrarios.

Estas ayudas forman parte de la Intervención Sectorial Vitivinícola (ISV) del Plan Estratégico de la Política Agrícola Común (PAC) 2023-2027, y están financiadas con fondos del Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA).

La iniciativa busca estabilizar el mercado vitivinícola, especialmente en un contexto donde la sobreoferta de uva puede generar crisis de mercado.

La ayuda para la cosecha en verde tiene como objetivo reducir la cantidad de uva en el mercado, eliminando racimos, incluso inmaduros, antes de la vendimia, que debe realizarse antes del 15 de julio.

Con estas acciones, se pretende evitar una saturación en el mercado y mantener los precios estables. Hasta la fecha, estas medidas excepcionales se han convocado en otras ocasiones, en 2020 y 2023, en respuesta a situaciones similares de mercado.

Para los viticultores, las ayudas comprenden dos componentes principales: una contribución a los costes asociados a la eliminación de racimos, que oscila entre 950 y 1.140 euros por hectárea, y una compensación del 50 % por las pérdidas de ingresos, calculada en función del precio medio de la uva y el rendimiento medio de la parcela en las últimas tres campañas.

Por otro lado, las ayudas para la reestructuración y reconversión de viñedos buscan mejorar la competitividad del sector, adaptarlo a las condiciones climáticas actuales y promover prácticas más sostenibles.

Se dirigen tanto a viticultores en activo como a futuros productores, y cubren medidas como la reconversión varietal, la reubicación de viñedos, la replantación tras arranques obligatorios por motivos sanitarios o fitosanitarios, además de mejoras en técnicas de gestión.

Estas políticas tienen un respaldo histórico, ya que en años anteriores, en 2019 y 2022, también se promovieron programas similares para hacer frente a desafíos económicos y climáticos que afectan a la viticultura europea.

La Unión Europea continúa apoyando a los agricultores en la adaptación a un mercado en constante cambio, promoviendo prácticas sostenibles y fortaleciendo la resiliencia del sector.

En el marco de la Unión Europea, el sector vitivinícola ha sido un pilar importante desde hace siglos. La producción europea, especialmente en países como Francia, Italia y España, ha sido reconocida internacionalmente por su calidad y tradición. Sin embargo, los desafíos económicos, climáticos y tecnológicos han obligado a modernizar las políticas agrícolas y a buscar soluciones conjuntas, como estas ayudas, para garantizar la sostenibilidad y la competitividad a largo plazo.

En definitiva, la ampliación del plazo demuestra el compromiso de las instituciones europeas y nacionales por apoyar a los viticultores en estos momentos complicados, permitiendo que puedan aprovechar las ayudas disponibles para fortalecer sus explotaciones y adaptarse a las nuevas condiciones del mercado y del clima, en línea con los objetivos de sostenibilidad y resiliencia del sector agrícola europeo.