El Ayuntamiento de Zaragoza avanza en la solución para los vertidos sin tratar en el barrio rural de Peñaflor, con una inversión de aproximadamente 4,2 millones de euros y la construcción de nuevas infraestructuras que mejorarán el tratamiento de aguas residuales en la zona.

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El Ayuntamiento de Zaragoza continúa avanzando en el desarrollo de un importante proyecto para solucionar la problemática de vertido de aguas residuales sin tratar en el barrio rural de Peñaflor, situado en la zona norte del municipio.

Esta iniciativa, impulsada por la sociedad municipal Ecociudad, busca mejorar la gestión del agua y garantizar un mayor respeto por el medio ambiente, alineándose con los compromisos de sostenibilidad que la ciudad ha asumido en los últimos años.

Desde hace décadas, Peñaflor ha sido una de las áreas con mayores desafíos en cuanto a saneamiento y tratamiento de aguas residuales en Zaragoza.

Aunque en el resto de la ciudad la tasa de tratamiento de estas aguas alcanza aproximadamente el 99%, en este barrio todavía persisten problemas debido a la antigüedad de su red de alcantarillado y a la falta de infraestructuras modernas que permitan un tratamiento adecuado.

El proyecto aprobado contempla la construcción de una nueva canalización que conectará el sistema actual de vertido con la Planta de Tratamiento de La Cartuja, ubicada en las afueras de Zaragoza.

La inversión total estimada para esta obra asciende a unos 4,2 millones de euros, lo que refleja el compromiso del Ayuntamiento con la protección del río Gállego y la mejora de la calidad de vida de sus vecinos.

Entre las principales acciones se incluye la instalación de un sistema de bombeo y conducción por impulsión, que recorrerá aproximadamente 1.250 metros, y que transportará las aguas residuales hasta un tanque de tormentas. Este depósito, diseñado para gestionar los vertidos en episodios de lluvia, permitirá reducir la cantidad de sedimentos y facilitará el mantenimiento de la infraestructura.

Además, se construirá un emisario de gravedad de unos 6,9 kilómetros de longitud, que conducirá las aguas tratadas hasta la Estación de Depuración de La Cartuja.

La elección del trazado de estas conducciones ha buscado minimizar el impacto en zonas urbanas y terrenos agrícolas, aprovechando caminos existentes y áreas públicas.

La ubicación del tanque de tormentas se ha estudiado cuidadosamente para colocarlo en una parcela de regadío con una cota inferior respecto al camino cercano, facilitando así su integración en el entorno.

Este tipo de proyectos no solo contribuyen a mejorar la calidad del río Gállego y prevenir posibles contaminaciones, sino que también representan un avance en la planificación urbana y la protección ambiental.

La historia del tratamiento de aguas en Zaragoza refleja un compromiso constante desde la década de 1980, cuando comenzaron las primeras obras para modernizar las infraestructuras de saneamiento, en respuesta a las normativas europeas y nacionales que exigen mayores estándares de calidad.

El barrio de Peñaflor, que en su día fue una zona agrícola y de pequeñas viviendas, ha experimentado un crecimiento urbanístico importante en los últimos años.

Sin embargo, la falta de infraestructuras adecuadas para el tratamiento de aguas residuales había sido una demanda histórica de sus residentes. La nueva obra no solo permitirá cumplir con la legislación vigente, sino que también facilitará un desarrollo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

En definitiva, esta iniciativa refleja el compromiso de Zaragoza con la protección de sus recursos naturales y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes.

La inversión de 4,2 millones de euros en la mejora del saneamiento en Peñaflor es una muestra de que el municipio prioriza la gestión responsable del agua, en línea con las políticas europeas que fomentan la economía circular y la protección de los ríos y acuíferos.

Se espera que la ejecución de las obras comience en los próximos meses, y que, tras su finalización, se observe una significativa reducción en los vertidos sin tratar en el río Gállego, beneficiando a toda la comunidad y al entorno natural de Zaragoza.