La ciudad de Zaragoza conmemora a su patrón, San Valero, con diversas actividades que incluyen el tradicional reparto del roscón y una jornada de puertas abiertas en el Ayuntamiento.

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Zaragoza ha celebrado con gran entusiasmo el día de su patrón, San Valero, el 29 de enero, en una jornada repleta de actividades festivas que han atraído a miles de ciudadanos a la plaza del Pilar.

Esta festividad, considerada una de las más queridas por los zaragozanos, ha contado con un programa variado que incluye visitas guiadas, música en vivo, folclore y el emblemático reparto del roscón, un dulce tradicional que simboliza esta celebración.

La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, inauguró la jornada repartiendo el roscón gigante, que alcanzó una longitud de 600 metros. Este año, se han preparado 20,000 raciones que se ofrecieron junto a chocolate caliente, un deleite para los asistentes que aguardaban pacientemente en largas filas desde la mañana.

El roscón, que se elabora con una receta tradicional, es un símbolo no solo de esta festividad, sino también de la identidad gastronómica de la ciudad.

Además del reparto del roscón, el Ayuntamiento organiza cada año una jornada de puertas abiertas para que los ciudadanos puedan visitar el interior de la Casa Consistorial.

Este año, las visitas se llevaron a cabo desde las 10:00 hasta las 20:00 horas. La alcaldesa, en su papel de anfitriona, guió a los primeros visitantes en este recorrido, donde pudieron conocer más sobre la historia y funcionamiento del gobierno local.

El día comenzó con una misa en la Seo, donde se celebró también la inauguración de la Sala Capitular, un evento que une la tradición religiosa con la festividad civil.

Posteriormente, en la plaza del Pilar, se creó una impresionante bandera floral que mide 8 metros, gracias a la colaboración de la Asociación de Floristas de Aragón.

Los museos municipales también se sumaron a la celebración, abriendo sus puertas de forma gratuita. El Museo del Foro, junto con otros espacios como el Museo Pablo Gargallo, ofrecieron visitas con actividades teatralizadas que atrajeron a familias y turistas.

Los más pequeños tuvieron su momento de protagonismo con la comparsa de Gigantes y Cabezudos, que recorrió las calles del centro histórico, y el Tragachicos, que entretuvo a los niños en la Fuente de Goya.

La música también formó parte central de la festividad, con una verbena infantil que incluyó la actuación de The Cucumbers, seguida de un reparto de roscón para los más jóvenes.

El ambiente festivo se extendió por todo Zaragoza, con actuaciones de jotas y bandas de música locales en diversos puntos de la ciudad. La Banda de Música de Casetas y el Ballet Aragonés Baluarte, entre otros, ofrecieron espectáculos en las plazas, creando un ambiente vibrante y lleno de tradición.

A medida que avanzaba la jornada, diferentes escenarios presentaron una variedad de propuestas culturales, incluyendo teatro y música contemporánea, destacando el talento local y fortaleciendo así el sentido de comunidad.

La celebración de San Valero no solo es una ocasión para rendir homenaje al patrón de la ciudad, sino también una oportunidad para que los zaragozanos se reúnan y celebren juntos su rica herencia cultural y gastronómica.