El Ayuntamiento de Zaragoza invita a los ciudadanos a participar en la conservación del Galacho de Juslibol a través de un programa de voluntariado que promueve la educación ambiental.

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El Ayuntamiento de Zaragoza ha iniciado, una vez más, el Programa de Voluntariado Ambiental en el Galacho de Juslibol. Esta iniciativa busca acercar este espacio natural a los ciudadanos, promoviendo su participación en la gestión y divulgación de los valores ambientales que lo caracterizan.

Este programa está destinado a adultos que estén comprometidos con la conservación del medio ambiente y que deseen dedicar parte de su tiempo libre de manera altruista.

Los voluntarios se encargan de realizar diversas tareas que incluyen la información, protección y promoción de la biodiversidad del entorno. Los participantes deberán comprometerse a llevar a cabo al menos siete jornadas de trabajo voluntario entre los meses de marzo y junio, así como de septiembre a noviembre.

Además, se requiere que participen en una sesión de formación y otra de evaluación al final del programa.

Las inscripciones se abrirán hasta el 26 de enero a través del sitio web municipal: Programa Voluntariado Galacho. Esta es una gran oportunidad para aquellos que desean involucrarse activamente en la preservación de este espacio natural, que ha sido un referente de participación ciudadana desde su creación.

Desde el lanzamiento de este programa en el año 2000, más de 800 personas han participado en el Voluntariado Ambiental en el Galacho de Juslibol, lo que subraya su éxito y aceptación entre la población.

Uno de los aspectos más destacados del programa es su capacidad para educar y sensibilizar tanto a los voluntarios como a los visitantes que llegan al Galacho.


Los voluntarios desempeñan un papel fundamental en las actividades especiales que se organizan en este espacio natural, como el Día Mundial de las Aves Migratorias, la Contada de Cuentos o la celebración del Día del Galacho.

A través de su trabajo, contribuyen significativamente al seguimiento y fomento de la biodiversidad local, especialmente en el caso de aves, mamíferos y galápagos.

Además, colaboran en diversas tareas de conservación, que incluyen el acondicionamiento de senderos, el mantenimiento de estructuras de madera y la actualización de carteles informativos.

Este tipo de iniciativas no solo benefician al medio ambiente, sino que también generan un sentido de comunidad y pertenencia entre los participantes.

El Galacho de Juslibol, un área protegida que forma parte del entorno natural de Zaragoza, es un ejemplo de cómo la participación ciudadana puede marcar la diferencia en la conservación de la naturaleza.

Al involucrarse en programas como este, los ciudadanos no solo contribuyen a la preservación de su entorno, sino que también aprenden sobre la importancia de la biodiversidad y la sostenibilidad.

La acción colectiva es fundamental para afrontar los retos ambientales actuales, y el voluntariado ambiental es una herramienta poderosa para lograrlo.