La Semana Santa zaragozana, declarada de Interés Turístico Nacional, se convierte en un referente cultural y económico para la ciudad.

La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, ha sido una de las figuras clave en el inicio de la Semana Santa de este año, participando en el tradicional pregón que tuvo lugar en la iglesia de San Cayetano, debido a la incesante lluvia que impidió que se celebrara en la emblemática plaza del Pilar.
Este año, el pregón fue proclamado por el arzobispo emérito Vicente Jiménez. Durante el evento, Chueca expresó que los ciudadanos de Zaragoza deben sentir un gran orgullo por la manera en la que se vive la fe en las calles, resaltando que "rezamos con tambores, bombos y matracas".
El impacto económico de la Semana Santa en Zaragoza es notable, siendo el segundo evento más importante tras las Fiestas del Pilar, con una estimación de ingresos cercana a los 62 millones de euros, aproximadamente 52 millones de libras.
Esta celebración no solo tiene un profundo sentido religioso, sino que también es un motor turístico que atrae a visitantes de diversas regiones del país, convirtiendo a la ciudad en un punto neurálgico de actividad cultural.
La historia de la Semana Santa en Zaragoza se remonta a la Edad Media, y ha evolucionado a lo largo de los siglos. Las procesiones, que se extienden durante nueve días desde el Sábado de Pasión hasta el Domingo de Pascua, poseen características únicas que las diferencian de las celebraciones en otras ciudades.
En total, hay 25 cofradías que participan activamente, cada una con sus propias advocaciones que representan diferentes misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Un hecho histórico relevante es que durante los Sitios de Zaragoza en 1808 y 1809, la ciudad perdió la mayoría de sus pasos procesionales, excepto el del Santo Cristo de la Cama.
A lo largo del siglo XIX, la Hermandad de la Sangre de Cristo hizo un esfuerzo significativo para restaurar esta tradición, encargando nuevas esculturas a artistas locales como Tomás Llovet y José Alegre.
Desde 1937, surgieron nuevas cofradías que revitalizaron el patrimonio cultural, encargando obras a renombrados escultores de toda España.
Hoy en día, Zaragoza cuenta con 25 cofradías y un total de 53 procesiones, siendo el Jueves Santo el día con mayor actividad. La procesión del Santo Entierro, que tiene lugar el Viernes Santo, es particularmente emblemática, ya que congrega a todas las cofradías y es conocida por su impresionante despliegue de tambores, convirtiéndose en una de las mayores concentraciones de este tipo en España.
La primera mención de esta procesión data de 1617, lo que marca más de 400 años de tradición.
Las procesiones son reconocidas por su seriedad y austeridad, con cofrades que visten uniformes que reflejan un fuerte sentimiento religioso. Además, el sonido de los tambores y bombos, introducido en 1940, se ha convertido en un símbolo de la Semana Santa zaragozana. La diversidad de cofradías también permite disfrutar de otros sonidos tradicionales, como las matracas y las carracas, así como de la música de bandas, aunque esta última es menos común en la región.
Durante las procesiones, los asistentes pueden disfrutar de la impresionante arquitectura de Zaragoza, que incluye monumentos mudéjares y religiosas, como la Basílica del Pilar y La Aljafería.
El recorrido de las procesiones no solo es un evento religioso, sino una invitación a explorar la rica historia y cultura de la ciudad, iluminada de manera magnífica durante la noche.