El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, y la comisaria de Medioambiente de la UE, Jessika Roswall, analizan estrategias urbanas para afrontar la crisis climática mediante proyectos innovadores en la gestión del agua y la colaboración internacional.

La reunión tuvo como objetivo dialogar sobre las acciones que #Sevilla y su área metropolitana están desarrollando para hacer frente a las amenazas del cambio climático, particularmente en la gestión y conservación del recurso hídrico.
Sevilla, una de las ciudades más afectadas por el #cambio climático en la península ibérica, ha adoptado un modelo de gobernanza del #agua que apuesta por la eficiencia, la participación ciudadana y la #innovación tecnológica.
La región ha sido pionera en la declaración de emergencia climática, lo que ha impulsado numerosas iniciativas para garantizar el acceso al agua de calidad en condiciones adversas.
Durante la visita, la comisaria Roswall pudo conocer las diferentes iniciativas que Emasesa, la empresa responsable del ciclo integral del agua en Sevilla, ha implementado en los últimos años.
Entre ellas destacan la reutilización de aguas residuales tratadas, la restauración de ecosistemas acuáticos, y proyectos de digitalización del sistema hídrico mediante plataformas innovadoras como Embalse Digital 5.0 y CReANdO. Además, Sevilla se ha marcado metas ambiciosas para alcanzar la neutralidad energética en sus procesos y promover una economía circular en el sector del agua.
Una de las #infraestructuras clave contempladas en los planes municipales es una desalobradora en el estuario del río Guadalquivir. Esta instalación, valorada en aproximadamente 54 millones de euros, busca garantizar un suministro de agua estable e independiente de las fluctuaciones climáticas, permitiendo a Sevilla reducir su dependencia de fuentes tradicionales y mejorar su resiliencia ante eventos extremos como sequías o lluvias torrenciales.
Dada la elevada inversión que requieren
El alcalde hizo hincapié en la necesidad de la cooperación europea para materializar este tipo de proyectos, dada la elevada inversión que requieren.
El coste estimado de la desalobradora, en euros, equivale a unos 54 millones, y representa una inversión significativa en la infraestructura hídrica de la región, que prevé también medidas para hacer frente a las posibles inundaciones derivadas de las lluvias intensas.
Sevilla ha avanzado en la creación del Observatorio del Agua, un instrumento de participación ciudadana y transparencia que busca involucrar a la comunidad en la gestión del recurso hídrico y garantizar un acceso más justo y equitativo.
Por otro lado, la colaboración internacional se ha fortalecido con la propuesta de que el Centro Común de Investigación (JRC, Joint Research Centre), ubicado en la Isla de la Cartuja, pueda utilizar las infraestructuras de Emasesa como laboratorio de experimentación en emergencias climáticas.
Asimismo, la ciudad ha ofertado la creación de la Cátedra de la Empresa Metropolitana, un espacio de formación y investigación en sostenibilidad hídrica.
Este encuentro se inscribe en una serie de esfuerzos de Sevilla para consolidar su liderazgo en la gestión del agua en ambientes de crisis climática, inspirando a otras ciudades a seguir modelos innovadores y participativos.