Una nueva partida de pepinos ha sido retirada del mercado debido a un brote de salmonella que ha causado infecciones en al menos 26 personas en quince estados de EE.UU. La alerta afecta a productos distribuidos en diferentes zonas y subraya la importancia de revisar los alimentos antes de su consumo para evitar enfermedades alimentarias. La bacteria salmonella puede provocar infecciones graves, especialmente en niños pequeños, personas mayores y quienes tienen el sistema inmunológico debilitado. La retirada afecta a pepinos de diferentes productores y distribuidos en varias cadenas de supermercados, así como a consumidores particulares que deben desechar los productos sospechosos. La historia de estas alertas alimentarias recuerda brotes similares en el pasado, como el famoso caso de la salmonella en huevos en 2010, que afectó a millones y llevó a cambios en las regulaciones sanitarias. Expertos recomiendan estar atentos a las notificaciones oficiales, lavar bien los alimentos y superficies, y estar atentos a síntomas como diarrea, fiebre y náuseas. La prevención y la información oportuna son clave para reducir los riesgos de enfermedades transmitidas por alimentos contaminados.

En un nuevo incidente que ha generado alarma en el sector alimentario, se ha detectado un brote de salmonella asociado a pepinos distribuidos en varias regiones de Estados Unidos, lo que ha llevado a un retiro masivo de estos productos del mercado.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha informado que la partida de pepinos, cultivados por la empresa Bedner Growers de Florida y distribuidos por Fresh Start Produce Sales, ha sido retirada voluntariamente tras confirmarse su vínculo con los casos de salmonella.

La alerta incluye productos vendidos en tiendas desde finales de abril hasta mediados de mayo de 2025. La situación recuerda otros brotes históricos, como el ocurrido en 2010 con huevos contaminados, que afectó a millones de personas y generó cambios regulatorios para mejorar la seguridad alimentaria en EE.UU.

El retiro afecta principalmente a pepinos en bolsas de malla de 2,3 kilogramos (5 libras), que llevan el código UPC 841214101714 y lotes con números 48-122, 48-123, 48-124 y 48-125, distribuidos en cadenas como Restaurant Depot en estados como Nueva Jersey, Georgia, Illinois, Ohio y Florida.

Además, se ha informado que otros productores, como PennRose Farms, también han retirado aproximadamente 552 cajas de pepinos relacionados con la misma fuente.

El brote de salmonella ha causado al menos 26 casos confirmados en 15 estados diferentes, incluyendo Alabama, California, Colorado, Florida, Illinois, Kansas, Kentucky, Michigan, Carolina del Norte, Nueva York, Ohio, Pensilvania, Carolina del Sur, Tennessee y Virginia.

La salmonella es una bacteria que puede provocar infecciones severas, especialmente en poblaciones vulnerables. Los síntomas suelen aparecer entre seis horas y seis días tras la ingesta y pueden incluir diarrea con presencia de sangre, fiebre superior a 39 °C (102 °F), náuseas, vómitos, calambres estomacales y signos de deshidratación, como boca seca, mareos y disminución en la producción de orina.

Aunque la mayoría de las personas se recupera en una semana, los grupos de riesgo, como niños menores de cinco años y adultos mayores, pueden experimentar complicaciones graves que requieran hospitalización.

La FDA recomienda que los consumidores que tengan pepinos en casa los desechen si no recuerdan su origen, y que las tiendas y establecimientos comerciales notifican a los clientes que hayan comprado estos productos.

Además, se aconseja lavar cuidadosamente superficies, utensilios y manos con agua caliente y jabón para evitar la propagación de la bacteria. En el caso de síntomas sospechosos, se recomienda consultar a un médico de inmediato para recibir tratamiento adecuado.

Esta situación enfatiza la importancia de mantener una vigilancia constante sobre las alertas de seguridad alimentaria y de seguir las recomendaciones oficiales para prevenir enfermedades.

La historia de los brotes de salmonella y otras enfermedades transmitidas por alimentos ha llevado a la implementación de regulaciones más estrictas en el control de la producción y distribución de alimentos en EE.UU., con el objetivo de proteger la salud pública. La prevención, la identificación temprana de los riesgos y la cooperación entre productores, distribuidores y consumidores son fundamentales para reducir la incidencia de estos incidentes y garantizar que los alimentos que llegan a nuestras mesas sean seguros para su consumo.