El incremento de los costes por aranceles en EE.UU. está afectando seriamente a las empresas de juegos de mesa, provocando aumentos de precios y reducción en la producción, poniendo en riesgo la innovación y la estabilidad del sector.

En los últimos meses, las empresas dedicadas a la creación y distribución de juegos de mesa en Estados Unidos han enfrentado una situación cada vez más complicada debido a las elevadas tasas arancelarias impuestas por el gobierno estadounidense.

Estas tasas, que originalmente fueron introducidas como parte de una estrategia comercial para presionar a China y otras naciones, han tenido un impacto directo en los costos de importación de componentes y productos terminados.

Supuestamente, muchas compañías que dependen de fabricantes en China ahora deben pagar aranceles que equivalen a aproximadamente 28 euros por cada 100 euros de valor del producto, lo que en la práctica ha encarecido significativamente los precios finales de los juegos.

Este aumento de costos ha llevado a que algunos editores y fabricantes tengan que ajustar sus estrategias, recortando la cantidad de nuevos lanzamientos y, en algunos casos, reduciendo su plantilla laboral.

Por ejemplo, Pandasaurus Games, una reconocida editorial con títulos populares como "The Mind" y "Castle Panic", ha informado que ha pagado en torno a 80.000 euros en aranceles solo en lo que va del año. Este gasto, presuntamente, ha obligado a la compañía a reducir su número de lanzamientos de cuatro o cinco juegos anuales a apenas dos en 2025. El cofundador Nathan McNair declaró que estos costos adicionales limitan la capacidad de la empresa para invertir en marketing, diseño y desarrollo de nuevos productos.

Asimismo, la situación ha provocado que muchas empresas tengan que tomar decisiones difíciles, como suspender producciones o reducir personal. Presuntamente, algunas firmas han optado por trasladar parcialmente sus procesos a países con menores tasas arancelarias o incluso explorar opciones de producción en países como Brasil, donde las tasas son más bajas, aunque estas soluciones aún no han logrado cubrir completamente el impacto económico.

Históricamente, la industria de los juegos de mesa en EE.UU. había experimentado un auge notable desde principios de los años 2000, impulsada por plataformas como Kickstarter y por un interés creciente en juegos de estrategia y rol.

En 2024, el mercado alcanzó un valor estimado de 4.2 mil millones de euros, y se proyectaba que para 2033 llegaría a superar los 11 mil millones de euros. Sin embargo, las políticas arancelarias han puesto en jaque este crecimiento.

El caso de Bitewing Games, una pequeña editorial en Arizona, refleja la situación de muchas otras: la compañía tuvo que pagar aproximadamente 33.000 euros en aranceles en 2025, lo que supuestamente la llevó a reducir sus márgenes de ganancia y a recortar su plantilla. Su cofundador, Nick Murray, comentó que ha tenido que reducir su salario a menos de 3 euros por hora para mantener la viabilidad del negocio.

Por otro lado, las plataformas de crowdfunding, que han sido fundamentales para financiar nuevos proyectos, también se han visto afectadas. Se estima que muchas empresas han tenido que pagar cargos adicionales para importar los juegos prometidos a los patrocinadores, lo que ha provocado retrasos y en algunos casos, el aumento de las tarifas para los respaldadores.

Supuestamente, estas dificultades están generando una incertidumbre considerable en el sector, con muchas voces que cuestionan si es viable continuar con el modelo actual.

La comunidad de diseñadores independientes y pequeñas editoriales temen que, si la situación persiste, la innovación y la diversidad de propuestas en el mercado puedan verse seriamente afectadas.

En síntesis, las tasas arancelarias impuestas en EE.UU. están creando un escenario de alta tensión para la industria de los juegos de mesa. La combinación de costos crecientes, reducción en la producción y menor inversión en innovación plantea un panorama en el que, presuntamente, solo las empresas con mayores recursos podrán mantenerse a flote, dejando en riesgo la creatividad y la diversidad de esta apasionante afición.