La fabricante de marcas populares como Blue Bunny y Halo Top realiza un retiro voluntario de más de 15,000 envases de helado debido a riesgos para la salud. La acción afecta productos con fechas de vencimiento hasta octubre de 2026 y subraya la importancia de los controles en la industria alimentaria para prevenir problemas de salud relacionados con microplásticos.

La empresa productora de helados Blue Bunny, bajo la corporación Wells Enterprises, ha iniciado un retiro voluntario de más de 15,000 envases de helado en Estados Unidos, tras detectar la posible presencia de fragmentos de plástico en sus productos.

La medida, anunciada inicialmente el 25 de abril, afecta principalmente envases de diferentes sabores y tamaños, con fechas de vencimiento que van desde marzo hasta octubre de 2026.

Wells Enterprises, con sede en Le Mars, Iowa, es uno de los mayores fabricantes de helados en Estados Unidos y posee marcas reconocidas como Blue Bunny, Halo Top, Bomb Pop y Blue Ribbon Classics.

La compañía ha informado que la retirada afecta principalmente envases de 3 galones (aproximadamente 11,4 litros), aunque también hay otros tamaños en la lista de productos afectados.

El retiro fue clasificado como de Tipo II por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), lo que indica que la exposición o consumo del producto podría provocar consecuencias adversas temporales o reversibles para la salud.

La presencia de partículas plásticas en los helados representa un riesgo potencial, ya que la ingestión de microplásticos ha sido vinculada por estudios internacionales a problemas de salud graves, como alteraciones hormonales, resistencia a insulina, reducción de la fertilidad y aumento del riesgo de cáncer.

Históricamente, la preocupación por los microplásticos en la alimentación comenzó a crecer en la década de 2010, cuando investigaciones revelaron que estos fragmentos estaban presentes en el agua potable, mariscos y otros alimentos.

La ingesta diaria de microplásticos en promedio puede variar entre 50 y 200 microgramos, dependiendo de la exposición, lo cual ha llevado a organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a investigar sus posibles efectos en la salud humana.

Aunque hasta la fecha no existen evidencias concluyentes que relacionen directamente los microplásticos en alimentos con enfermedades específicas, la comunidad científica advierte sobre los posibles riesgos a largo plazo y la necesidad de fortalecer los controles en la producción de alimentos.

En el caso de los helados afectados, los productos contienen fechas de vencimiento que oscilan entre marzo y octubre de 2026. Los consumidores que hayan adquirido estos productos deben revisar las etiquetas y, en caso de duda, abstenerse de consumirlos y devolverlos en los puntos de venta.

La empresa ha señalado que continuará colaborando con las autoridades sanitarias para garantizar la seguridad de sus productos y prevenir futuros incidentes.

Este incidente evidencia la importancia de mantener una vigilancia constante en la cadena de suministro alimentario y promover prácticas que reduzcan la contaminación por microplásticos en los alimentos.

La población también debe estar informada y ser consciente de los riesgos potenciales asociados con el consumo de productos contaminados, adoptando hábitos responsables y atentos a las advertencias oficiales.

En conclusión, la retirada de estos envases de helado resalta la relevancia de una regulación estricta y un control de calidad riguroso en la industria alimentaria.

La salud pública debe ser una prioridad, y la colaboración entre fabricantes, reguladores y consumidores es esencial para reducir los riesgos derivados de la contaminación microplástica en los alimentos que consumimos a diario.