La ciudad de Buenos Aires implementa el Trambus, un sistema de transporte 100% eléctrico que promete acortar los tiempos de viaje y disminuir las emisiones contaminantes, beneficiando a miles de pasajeros diariamente.

Buenos Aires ha dado un paso importante en la modernización de su sistema de transporte público con la puesta en marcha del Trambus, un nuevo sistema de movilidad eléctrica que busca transformar la forma en que los habitantes se desplazan por la ciudad.

Supuestamente, esta iniciativa forma parte de una estrategia para reducir el ruido ambiental, mejorar la conectividad y disminuir las emisiones de gases contaminantes en la capital argentina.

El sistema de Trambus, que comenzó a circular en modo de prueba en noviembre de 2025, está diseñado para conectar barrios del sur y del norte de la ciudad, específicamente desde la zona de Nueva Pompeya hasta Aeroparque.

Se estima que beneficiará a aproximadamente 50 mil usuarios diarios, quienes podrán disfrutar de un servicio más rápido, cómodo y ecológico.

Supuestamente, los primeros vehículos en funcionamiento son unidades 100% eléctricas, con una autonomía mínima de 270 kilómetros por carga, equipadas con tecnología avanzada que garantiza mayor seguridad y confort a los pasajeros.

La flota inicial cuenta con 50 unidades de 12 metros de largo, con capacidad para más de 60 pasajeros cada una. La estructura de estas unidades fue desarrollada en Argentina por la empresa Agrale, en colaboración con la británica Equipmake LTD, especializada en tecnología eléctrica.

El Trambus circulará por el Metrobus de la avenida Juan B. Justo, que ya cuenta con infraestructura adecuada para su operación. Luego, seguirá por avenidas principales como Intendente Bullrich, Dorrego, Figueroa Alcorta, Sarmiento y Costanera Rafael Obligado, hasta llegar al Aeroparque Jorge Newbery.

La implementación de semáforos sincronizados mediante telemetría dará prioridad a estos vehículos, permitiendo reducir en hasta un 40% los tiempos de viaje en comparación con los sistemas tradicionales.

Supuestamente, el sistema también contará con infraestructura nueva, incluyendo estaciones icónicas en puntos estratégicos y carriles exclusivos o preferenciales para garantizar la fluidez del servicio.

Además, todas las unidades están equipadas con sistemas de monitoreo de conducción, cámaras digitales para evitar espejos externos y facilitar la visión, GPS para ubicación en tiempo real, aire acondicionado, WiFi a bordo y puertos USB.

Un aspecto destacado es la integración tarifaria con el sistema de subtes de la ciudad. Los usuarios que combinen ambos medios de transporte podrán acceder a un descuento automático, promoviendo la intermodalidad y fomentando el uso del transporte público en lugar del vehículo particular.

Supuestamente, la línea T1, prevista para comenzar en 2026, será una línea transversal que cruzará casi todas las líneas de subte, conectando el centro de trasbordo de la Avenida Sáenz con el Aeroparque.

Para ello, se construirán 71 paradores, de los cuales 11 serán estaciones icónicas con espacios para bicicletas y lockers, ubicados en centros neurálgicos como Palermo, Caballito y el mismo Aeroparque.

En cuanto a la tecnología, los vehículos están equipados con sistemas de asistencia a la conducción como monitoreo de la conducción (DMS), detección de colisiones frontales y puntos ciegos (ADAS), cámaras de marcha atrás, y conectividad satelital mediante GPS.

Todo esto, en conjunto, busca ofrecer un servicio seguro, eficiente y sustentable.

Supuestamente, el sistema de Trambus forma parte de una visión integral de movilidad que busca reducir en un 40% los tiempos de desplazamiento dentro de la ciudad, además de mejorar la calidad del aire y disminuir la huella de carbono.

La implementación de esta tecnología también responde a una tendencia global de ciudades que apuestan por la electromovilidad y la innovación en infraestructura urbana.

La llegada del Trambus, que circulará en modo de prueba en sus primeras semanas, será un cambio notable para los más de 3,6 millones de porteños que diariamente utilizan el transporte público.

Con una frecuencia de servicio cada 4 minutos en hora pico y una capacidad para más de 60 pasajeros por unidad, se espera que esta iniciativa contribuya a aliviar la congestión y a ofrecer una opción más ecológica y moderna para los desplazamientos urbanos.

Supuestamente, con esta inversión, Buenos Aires reafirma su compromiso con un futuro más sostenible y conectado, alineándose con las metas internacionales para reducir las emisiones y promover la movilidad verde en las grandes metrópolis del mundo.