Una modalidad fraudulenta ha vuelto a aparecer en Buenos Aires, donde supuestamente delincuentes llaman fingiendo ser representantes de ARCA para engañar a los vecinos y obtener sus claves fiscales. La estafa aprovecha el derecho a cambiar de obra social para solicitar información confidencial y cometer fraudes. Se recomienda no compartir datos personales y utilizar canales seguros para gestionar trámites.

En los últimos meses, una modalidad de estafa telefónica ha incrementado su presencia en la ciudad de Buenos Aires, poniendo en riesgo la seguridad de los vecinos.

Presuntamente, delincuentes se hacen pasar por funcionarios de ARCA, la obra social de gestión pública en la provincia, y llaman a las víctimas para ofrecerles un supuesto cambio de prestador de salud.

Sin embargo, la verdadera intención de estos estafadores es obtener la clave fiscal de las personas, información que luego utilizan para realizar trámites fraudulentos en su nombre.

Supuestamente, estos delincuentes aprovechan la confusión generada por la posibilidad de cambiar de obra social, un derecho constitucional que todos los ciudadanos tienen en Argentina.

La estafa funciona de la siguiente manera: la víctima recibe una llamada en la que un supuesto representante de ARCA le explica que, para gestionar un cambio de prestador de salud, necesita verificar su identidad a través de la clave fiscal.

La víctima, confiada, comparte esa información sin saber que en realidad está entregando datos sensibles a un desconocido.

Este método de engaño no es nuevo, pero ha sabido adaptarse a las nuevas tecnologías y a las preocupaciones de la población en torno a la salud y la seguridad social.

La supuesta estafa se ha extendido desde hace varios meses y, aunque las autoridades ya alertaron sobre ella en varias ocasiones, aún persiste y ha llegado a afectar a numerosos vecinos de la ciudad.

Desde la Jefatura de Gabinete y el Centro de Ciberseguridad de Buenos Aires, se recuerda que la clave fiscal es un código personal, seguro e intransferible que se utiliza para gestionar trámites sensibles con organismos nacionales, provinciales y municipales.

Por ello, se recomienda encarecidamente no compartirla con ninguna persona, aunque diga representar a alguna institución gubernamental.

Las autoridades sugieren a los ciudadanos que, si reciben un llamado sospechoso, corten la comunicación de inmediato y no brinden ningún dato personal.

Además, recomiendan gestionar la recuperación de la clave fiscal únicamente a través de canales oficiales y seguros, como la aplicación ARCA Móvil, los cajeros automáticos o el homebanking, siempre verificando que la plataforma sea legítima.

Para verificar si alguien intentó cambiar su obra social sin su consentimiento, los vecinos pueden consultar en sitios oficiales como la Superintendencia de Servicios de Salud o la ANSES, donde se registran movimientos y cambios aprobados o no autorizados.

La historia de fraudes similares en Argentina no es nueva. En el pasado, los delincuentes han utilizado engaños relacionados con trámites de salud, servicios públicos y beneficios sociales para engañar a las personas y robar sus datos.

La tecnología, que en su momento facilitó la digitalización de servicios, también ha sido utilizada por los criminales para facilitar sus actividades ilícitas.

Desde las instituciones de seguridad, se insiste en que la mejor defensa contra estas estafas es la prevención y la información. La comunidad debe estar alerta y no caer en engaños que, supuestamente, buscan aprovecharse de la buena voluntad o la necesidad de los vecinos.

En conclusión, la ciudad de Buenos Aires continúa trabajando en la protección de sus habitantes mediante campañas de concientización y la implementación de canales seguros para realizar trámites.

Sin embargo, la colaboración de cada ciudadano es fundamental para evitar ser víctima de estas maniobras fraudulentas que, supuestamente, buscan aprovecharse del derecho a la salud y el bienestar social para cometer delitos digitales.