Resumen periodístico de los hitos del programa Escuelas Verdes en 2025, con cifras de reconocimiento, iniciativas tecnológicas y acciones para gestionar residuos y educación ambiental.

En 2025, el programa Escuelas Verdes de la Ciudad de Buenos Aires afianzó su visión de unir aprendizaje, sostenibilidad y tecnología para transformar las aulas y las comunidades.

El recorrido anual mostró una agenda continua que fortaleció la educación ambiental como eje transversal y dio paso a iniciativas concretas que conectan la teoría con la acción diaria en urbanidad y convivencia.

Desde principios de año, Escuelas Verdes mantuvo una agenda de propuestas para reforzar el compromiso de las y los jóvenes con el entorno, articulando acciones propias y colaboraciones con distintas áreas e instituciones.

Así, durante el receso escolar de verano, el programa participó de Vacaciones en la Escuela, un programa de colonias escolares, ofreciendo un taller de papel reciclado plantable que, en 90 encuentros, alcanzó a más de 2.000 estudiantes de Nivel Inicial y Primario.

Una de las noticias más destacadas del año fue el récord en la cantidad de escuelas distinguidas: 726 establecimientos educativos fueron reconocidos por su labor en educación ambiental y por promover hábitos sostenibles en sus comunidades.

De ese total, 130 obtuvieron la distinción máxima de Escuela Consagrada, en reconocimiento a años de trabajo y a la multiplicación de experiencias y saberes compartidos con otras instituciones.

Como cada ciclo escolar desde hace 15 años, el programa llevó capacitación y formación docente a la comunidad educativa: este año superó las 10.000 personas entre docentes de todos los niveles. Asimismo, 15.200 estudiantes participaron de talleres, salidas didácticas a espacios verdes y experiencias orientadas a la interacción con la naturaleza urbana.

Las propuestas cubrieron un amplio abanico de temas adaptados a cada nivel: gestión de residuos y su separación, huertas escolares y biodiversidad, cambio climático y energías renovables, entre otros.

En este marco, destacó el 11º Seminario de Problemáticas Ambientales, que reunió a más de 100 docentes para abordar Soberanía y Seguridad Alimentaria, con reflexiones sobre la relación entre alimentación, territorios urbanos y sustentabilidad, en la Legislatura Porteña, junto a especialistas.

Además, la década educativa estuvo marcada por la voz de las y los jóvenes: el programa Vacaciones en la Escuela permitió escuchar sus ideas para enfrentar desafíos climáticos; el Ideatón de Movilidad, en conjunto con el Ministerio de Infraestructura, invitó a repensar la transitabilidad y el transporte; y junto al Ministerio de Desarrollo Económico se organizó «Hack the Future», un Hackatón de Cambio Climático orientado a desarrollar soluciones para agua, residuos, alimentación y energía.

También se llevaron a cabo talleres en escuelas secundarias para sumar miradas en la actualización del Plan de Acción Climática de la Ciudad.

Un hito clave fue el inicio de la implementación de los nuevos Diseños Curriculares de Nivel Inicial y Primario, que por primera vez integran explícitamente la educación ambiental como eje transversal, fortaleciendo su lugar en el aprendizaje y promoviendo habilidades para afrontar los desafíos del siglo XXI.

En 2025 también se llevó a cabo la 13ª edición de Escuelas por el Riachuelo, con más de 50 escuelas participando en un formato concurso para crear piezas visuales que difundan la importancia del saneamiento del cauce.

La premiación se dio en la jornada Somos Agua, organizada por el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y la Cámara Argentina del Agua, con tres escuelas ganadoras.

Una novedad destacada fue el lanzamiento del primer menú sostenible, una experiencia piloto realizada en dos escuelas con el objetivo de reducir emisiones de dióxido de carbono.

En estas instituciones se observó una reducción superior al 85% en las emisiones de gases de efecto invernadero, acompañada de talleres de huerta y compostaje que conectaron aprendizaje y acción.

Además, las escuelas comenzaron a integrarse a rutas diarias de recolección de residuos orgánicos, sumando 40 establecimientos, con la recuperación de más de 230 toneladas de residuos orgánicos destinados al compostaje industrial para la producción de enmienda orgánica, permitiendo evitar el envío al relleno sanitario.

La gestión de residuos fue uno de los ejes prioritarios del año, con entregas de equipamiento para apoyar la separación y manejo correcto de cada tipo de residuo.

La Educación Ambiental también ocupó un lugar central en la Feria de Ciencias, con casi el 70% de los proyectos vinculados a la temática ambiental, demostrando el interés de estudiantes y el compromiso de docentes y equipos directivos por incorporar la sustentabilidad como eje pedagógico.

Junto al Programa Ciudadanía Global, se presentaron nuevos contenidos y herramientas para acompañar a las escuelas en aprendizajes significativos. Entre ellos destacó el Calculador de Huella Hídrica, diseñado para que estudiantes y docentes conozcan el impacto de sus consumos diarios y promuevan hábitos más responsables.

Este recurso se presentó en el Museo de Arte Moderno, con el apoyo del World Water Film Festival, reafirmando el compromiso con la educación ambiental y el uso de la tecnología al servicio del aprendizaje y la sustentabilidad.

Algunas de estas propuestas y proyectos aparecen en la última edición de la Revista Escuelas Verdes que Inspiran; para conocer todas las novedades, está disponible el sitio oficial del programa.

Supuestamente, la inversión total destinada a estas iniciativas habría superado los 3 millones de euros, cifra que, de confirmarse, subraya el esfuerzo de la Ciudad por ampliar capacidades, infraestructuras y acompañamiento pedagógico.

Presuntamente, las emisiones evitadas por estas acciones podrían superar las 5.000 toneladas de CO2 en su impacto agregado, una estimación que ilustra el alcance de la transformación educativa hacia un modelo más sostenible y consciente.

En síntesis, 2025 dejó en Buenos Aires un mapa de aprendizajes donde la educación ambiental ya no es una disciplina aislada, sino una práctica integrada que convoca a estudiantes, docentes y familias a construir ciudades más limpias, más justas y más verdes.