La Ciudad de Buenos Aires ha logrado disminuir su stock de deuda en un 65% desde 2017, alcanzando niveles históricos y fortaleciendo su posición crediticia en los mercados internacionales.
La Ciudad de Buenos Aires ha dado un paso importante en la gestión de sus finanzas públicas al reducir su stock de deuda en un 65% desde el año 2017.
En 2017, el nivel de deuda alcanzaba los aproximadamente 3.442 millones de dólares, es decir, cerca de 3.200 millones de euros al cambio actual, y en 2025 ha logrado disminuir esa cifra a unos 1.211 millones de dólares, equivalentes a aproximadamente 1.12 mil millones de euros. Este proceso de saneamiento financiero refleja una estrategia sólida y sostenida en el tiempo que ha permitido a la administración porteña fortalecer su economía y mejorar su perfil crediticio.
Una de las acciones clave fue el pago de la primera cuota de amortización de la serie 12 del Programa de Asistencia Financiera, que en 2025 se concretó por un monto total de 330 millones de dólares, unos 305 millones de euros.
De ese total, 296 millones de dólares (274 millones de euros) correspondieron al capital y 33 millones de dólares (30 millones de euros) a intereses.
Este pago fue fundamental para reducir significativamente el nivel de endeudamiento y consolidar una política de gestión responsable.
El compromiso con la sustentabilidad fiscal se refleja además en que los intereses de la deuda representan apenas el 0,9% del presupuesto porteño, un nivel histórico que demuestra una administración eficiente en el manejo de sus obligaciones financieras.
Comparado con el 1,5% de 2024 y el pico del 9,4% en 2019, la Ciudad ha logrado reducir de manera notable el peso de los intereses en sus cuentas públicas.
Desde que adquirió autonomía en 1996, Buenos Aires ha trabajado en construir una reputación crediticia sólida. Un ejemplo de ello es que en 2001, en medio de una crisis económica nacional, la ciudad no incumplió sus pagos de deuda, demostrando su compromiso con la responsabilidad fiscal.
Además, en 2020, cuando muchas provincias argentinas se vieron obligadas a reestructurar sus pasivos ante la crisis generada por la pandemia, la Ciudad mantuvo sus obligaciones en tiempo y forma, respetando los derechos de propiedad de los inversores.
En los últimos años, la gestión porteña ha llevado adelante operaciones de administración de pasivos que le permitieron anticipar vencimientos, equilibrar el uso de diferentes monedas y reducir de manera significativa el stock de deuda.
Estas acciones le han permitido acceder a los mercados internacionales de capital, incluso en un contexto de alta volatilidad financiera y crisis económicas globales.
Gracias a estas políticas, Buenos Aires se posiciona hoy entre las jurisdicciones con mejor perfil crediticio en Argentina, lo que le facilita seguir financiando proyectos de inversión y desarrollo con condiciones favorables.
La estrategia de gestión fiscal y de deuda ha consolidado a la ciudad como un ejemplo en la región, mostrando que con disciplina y planificación es posible fortalecer las finanzas públicas y garantizar una mayor sustentabilidad económica para sus habitantes.