Cada vez son más las personas en Argentina que caen en fraudes relacionados con códigos de verificación de WhatsApp. Conoce cómo protegerte y evitar ser víctima de estas estafas que aprovechan la confianza en las comunicaciones digitales.

En los últimos años, la digitalización ha transformado la forma en que las personas se comunican y realizan transacciones, pero también ha abierto la puerta a nuevas modalidades de fraude.

En Argentina, uno de los delitos que ha ido en aumento es el hackeo de cuentas de WhatsApp mediante la manipulación de códigos de verificación. Esta modalidad de estafa, que ya afecta a casi una de cada cinco denuncias reportadas en 2024, consiste en que los delincuentes envían mensajes solicitando a los usuarios que compartan un código de verificación que reciben por SMS o llamada telefónica.

La víctima, sin saberlo, entrega ese código al atacante, quien luego obtiene acceso total a su cuenta y puede realizar diversas acciones delictivas.

El problema se ha agravado en el contexto de la pandemia, cuando muchas personas comenzaron a usar más sus teléfonos inteligentes y aplicaciones de mensajería para gestionar sus actividades diarias.

El Código de Verificación de WhatsApp, que suele tener una validez de unos pocos minutos, es la llave para confirmar la identidad del usuario y activar la cuenta en un nuevo dispositivo.

Los criminales, aprovechándose de la confianza y del desconocimiento general, envían mensajes que parecen provenir del soporte técnico de la plataforma, indicando que deben ingresar ese código para solucionar un problema o verificar un inicio de sesión.

Históricamente, las estafas por phishing y manipulación digital no son nuevas. Sin embargo, con el avance de la tecnología, los delincuentes han perfeccionado sus métodos, y hoy en día la ingeniería social juega un papel fundamental en estos fraudes.

El costo económico para las víctimas puede variar desde la pérdida de acceso a su cuenta hasta el uso indebido de su información personal para realizar fraudes o extorsiones.

En Argentina, donde la economía ha atravesado diferentes crisis en las últimas décadas, las estafas digitales representan una amenaza adicional que afecta la seguridad y la confianza en los servicios en línea.

El costo de recuperar una cuenta hackeada puede ser considerable. Se estima que, en promedio, la pérdida económica derivada de estas estafas puede oscilar entre 100 y 300 euros, dependiendo del nivel de compromiso y de las acciones que tomen los atacantes.

La mayoría de los casos se resuelven con medidas como la recuperación a través de otros dispositivos o la reactivación de la verificación en dos pasos, una opción que aún no todos activan por desconocimiento.

La verificación en dos pasos, que añade una capa extra de seguridad, requiere que el usuario introduzca un PIN adicional, dificultando que los delincuentes puedan acceder a la cuenta incluso si logran obtener el código de verificación.

Desde el Centro de Ciberseguridad de Buenos Aires se recomienda a los usuarios que nunca compartan sus códigos de verificación, que activen siempre la verificación en dos pasos y que desconfién de mensajes sospechosos.

Además, es importante mantener actualizada la aplicación y estar alerta ante cualquier actividad inusual. En caso de pérdida de acceso, se aconseja intentar recuperar la cuenta desde otro dispositivo y cambiar las contraseñas inmediatamente.

Las autoridades y las empresas de tecnología trabajan en campañas de concientización para reducir el impacto de estas estafas. La educación digital y la prevención son las mejores armas contra los delincuentes que aprovechan la confianza en las plataformas de mensajería para cometer fraudes.

La comunidad también puede colaborar compartiendo esta información con familiares y amigos, especialmente con quienes tienen menos experiencia en el uso de herramientas digitales.

En conclusión, la protección de las cuentas digitales es una responsabilidad compartida. La historia de los fraudes en línea muestra que los delitos tecnológicos evolucionan rápidamente, por lo que mantenerse informado y adoptar medidas preventivas son pasos fundamentales para evitar ser víctima de estas estafas que, lamentablemente, continúan creciendo en Argentina y en el mundo.

La conciencia y la precaución deben ser nuestros principales aliados en esta era digital.