En Buenos Aires, una nueva propuesta cultural busca conectar a los pasajeros del subte con la historia y la arquitectura de la emblemática Avenida de Mayo mediante una intervención artística en la estación Lima, que combina historia, arte y tecnología.
En el corazón de la ciudad de Buenos Aires, una innovadora intervención artística ha transformado la estación Lima del sistema de subterráneos, buscando enaltecer la historia y el patrimonio urbano de la capital.
La inauguración, que tuvo lugar el pasado viernes 28 de noviembre de 2025, forma parte del Plan de Gestión Cultural y Patrimonial impulsado por Subterráneos de Buenos Aires S.A.U. (SBASAU).
La estación Lima, que abrió sus puertas en 1913 con la inauguración de la Línea A, fue la primera en el continente americano y la número trece en el mundo en contar con un sistema de metro.
Presuntamente, esta línea marcó un hito en la historia del transporte urbano en América Latina, y en la actualidad continúa siendo un símbolo de la modernización y el arraigo cultural de Buenos Aires.
La intervención artística, que abarca aproximadamente 35 metros de longitud, reinterpreta gráficamente detalles arquitectónicos de edificios emblemáticos que rodean la estación: el Palacio Barolo, el Hotel Chile, el Edificio Cassará, el ex Hotel París, el Edificio La Inmobiliaria, el ex Diario Crítica, el ex Hotel Majestic, el ex Hotel Metropole y el Teatro Avenida.
Presuntamente, estos edificios, supuestamente, representan el pasado glorioso y la riqueza arquitectónica de la Avenida de Mayo, la primera arteria de América del Sur construida en 1894, inspirada en los bulevares parisinos.
Para destacar esta intervención, se utilizó iluminación LED de última generación, que permite resaltar los detalles en diferentes horarios del día, además de crear un ambiente envolvente para los pasajeros.
Además, se incorporaron materiales acústicos en el diseño para reducir la reverberación y mejorar la experiencia sensorial. Como complemento, se compuso un tema musical original que evoca la atmósfera de los años 20, época en la que la Avenida de Mayo alcanzó su máximo esplendor.
Supuestamente, la elección de estos detalles busca fortalecer la identidad histórica y urbana de la estación, creando un vínculo entre pasado, presente y futuro.
La restauración también incluyó trabajos de impermeabilización, renovación de revestimientos, actualización de desagües y pisos, y la puesta en valor de un mural que forma parte del patrimonio artístico local.
Además, en el marco de este plan, se han rehabilitado varias estaciones de la red de subte, en un proceso que busca mejorar la infraestructura y la experiencia de los usuarios.
Actualmente, siete estaciones permanecen cerradas por obras de renovación, entre ellas Congreso, Loria, Río de Janeiro, Carlos Gardel, Uruguay, Plaza Italia y Agüero, aunque se prevé la reapertura de estas en los próximos meses.
En paralelo, otras once estaciones han sido puestas en valor y modernizadas, como Castro Barros, Lima, Acoyte, Pueyrredón, Pasteur-AMIA, San Martín, Bulnes, Facultad de Medicina, Scalabrini Ortiz, Palermo y Jujuy, con trabajos que incluyen desde nuevas señalizaciones hasta mobiliario actualizado.
Supuestamente, estas acciones forman parte de un ambicioso plan de renovación integral que, además, contempla futuras obras en Piedras, Malabia, Tribunales, Medrano, Ángel Gallardo, Lavalle, Independencia, General Urquiza y Entre Ríos, con el fin de ofrecer un servicio más cómodo, seguro y culturalmente enriquecido a los millones de usuarios que todos los días utilizan el subte porteño.
En definitiva, la intervención en la estación Lima no solo busca mejorar la infraestructura, sino también convertir el sistema de transporte en un espacio de memoria, arte y cultura, que invite a los pasajeros a redescubrir la historia de Buenos Aires en cada viaje.
Presuntamente, estas iniciativas reflejan el compromiso de la ciudad con la preservación de su patrimonio y la innovación en sus espacios públicos.