La temporada de gripe aviar en Alberta registra su peor año en años y afecta a los productores avícolas
La propagación de la gripe aviar en Alberta ha llegado a niveles alarmantes, con 22 brotes en varias explotaciones avícolas desde comienzos de 2025. Los productores enfrentan pérdidas significativas y medidas estrictas de control para contener el virus, que se ha extendido debido a migraciones inusualmente largas y un otoño benigno.
La actual temporada de influenza aviar en #Alberta se ha convertido en la peor de los últimos años, con un incremento notable en los brotes y en las pérdidas para los productores de aves.
Desde el inicio de 2025, un total de 22 explotaciones avícolas en la provincia han reportado casos de infección, afectando a diferentes tipos de granjas, incluyendo criaderos de pollos y pavos, así como instalaciones de producción de huevos y crianzas.
Este aumento en la incidencia de la enfermedad se atribuye principalmente a un otoño que ha sido más suave y a una migración de aves silvestres prolongada, que ha facilitado la propagación del virus.
Según expertos, la migración de aves migratorias, como los gansos blancos o las queeces, ha estado en auge debido a un clima templado que favoreció los desplazamientos largos y continuados.
El virus de la gripe aviar, altamente contagioso y potencialmente mortal para las aves domésticas, también representa un riesgo para la avifauna silvestre, aunque en muchos casos las aves migratorias susceptibles por su proximidad a zonas húmedas y rutas de vuelo pueden actuar como vectores.
Algunas especies, como las gaviotas y los gansos, parecen ser portadoras asintomáticas, lo que complica aún más los esfuerzos de control.
Las autoridades sanitarias, incluyendo la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos, han impuesto zonas de cuarentena y contención en varias regiones del norte y centro de Alberta, en municipios como Leduc, Wetaskiwin y Lethbridge.
Estas áreas permanecen en aislamiento, con estrictas medidas para evitar el movimiento de animales, cargas y personas, mientras se lleva a cabo una desinfección exhaustiva de las instalaciones afectadas.
En 2024, Alberta registró aproximadamente 6 brotes en total, pero en 2025 la situación se ha agravado, con 10 brotes en 2023 y 38 en 2022. La pérdida económica derivada de estos brotes es significativa: en total, se calcula que más de 2.5 millones de aves han fallecido en la provincia desde el inicio de la pandemia, lo cual sitúa a Alberta como la segunda provincia más afectada después de Columbia Británica, donde los fallecimientos superan los 9 millones.
Para los productores, cada brote implica meses de sacrificios, pérdida de ingresos y gastos adicionales en desinfección y cuarentena. La compensación económica que otorgan las autoridades, basada en el valor de mercado de las aves en ese momento, muchas veces resulta insuficiente cuando las aves aún están en crecimiento y no se ha llegado a la fase de maduración que definiría su valor final.
Un caso emblemático es el de un criador de pavos en la zona de Taber, que perdió 40.000 ejemplares en noviembre. La gestión de estos brotes sigue un protocolo estrictamente establecido: durante la cuarentena, las explotaciones permanecen cerradas, y las mortandades se destruyen o entierran en fosas profundas para evitar mayores contagios.
Este método, conocido como “depuración” o “contención”, busca eliminar totalmente el virus de las instalaciones afectadas. Sin embargo, la estrategia genera controversia, especialmente tras la controvertida caza de una manada de avestruces en British Columbia, donde la presión mediática y social puso en duda las medidas adoptadas por las autoridades.
El impacto de esta crisis también afecta a la economía en general, ya que aunque en cifras de mercado el aumento en el precio de la carne de pavo y pollo ha sido mínimo, para muchos pequeños productores la pérdida puede representar más de un año de trabajo y esfuerzo.
Expertos en #salud animal advierten que la dificultad radica en mantener estándares de bioseguridad altamente elevados
Expertos en salud animal advierten que la dificultad radica en mantener estándares de bioseguridad altamente elevados. La bioseguridad en las granjas, que incluye desde la desinfección hasta el control del acceso de visitantes, resulta un desafío complejo, especialmente en ambientes cercanos a vías de agua y zonas de migración.
Las autoridades continúan monitoreando activamente, con controles que incluyen vigilancia de muertes de aves silvestres y seguimiento de cualquier posible incremento en los casos.
La esperanza de la comunidad ecologista y de los productores es que los esfuerzos de control, junto con una posible vacuna en desarrollo, puedan mitigar el impacto de futuras migraciones y prevenir una crisis aún mayor en la industria avícola de Alberta.
A corto plazo, el mercado local mantiene su estabilidad, aunque con precios ligeramente superiores a los del año pasado, unos 130 euros por kilogramo de pavo en su punto de venta.
Sin embargo, la economía del sector sigue ilíquida y vulnerable ante nuevos brotes, que podrían retrasar la recuperación y aumentar los costos. La comunidad agrícola requiere de una coordinación estrecha entre las autoridades y los agricultores para reducir el riesgo y proteger tanto la economía como la avifauna silvestre en la región.