Problemas legales y disputas internas afectan la gestión de Claudio Tapia en la AFA

Problemas legales y disputas internas afectan la gestión de Claudio Tapia en la AFA

Claudio Tapia, actual presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), atraviesa una de sus peores etapas debido a investigaciones judiciales y conflictos internos. A pesar de ello, su círculo cercano mantiene su respaldo, reflejando las tensiones y alianzas en el fútbol argentino.

Claudio Tapia, en estos momentos, vive una situación complicada tanto en el plano judicial como en el político dentro del fútbol argentino.

Investigado por la justicia por presuntas irregularidades patrimoniales y con un sector de la opinión pública y la hinchada mostrando desacuerdo por los campeonatos multitudinarios y decisiones arbitrales polémicas, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) enfrenta su peor desafío desde que asumió el cargo.

Tapia, originario de Viamonte, ha logrado mantener un grupo de aliados que lo respaldan desde sus inicios en el fútbol, algunos por conveniencia y otros por convicción.

Entre sus principales apoyos se encuentran dirigentes con influencia en diferentes ámbitos del deporte, todos ellos ligados a su círculo cercano y que suelen verse en eventos deportivos de alto nivel.

Uno de los personajes más cercanos a Tapia es Pablo Toviggino, quien desde la Comisión Normalizadora en 2017 fue una pieza clave en la consolidación del poder del actual presidente.

Toviggino, oriundo de Santiago del Estero, ha sido vinculado en varias oportunidades con bienes de lujo y supuestos testaferros. Aunque en el pasado tuvieron buena relación, actualmente su vínculo se encuentra tenso, reflejo de las disputas internas que atraviesan la estructura dirigencial del fútbol argentino.

Desde 2015, en un contexto de transición tras la muerte de Julio Grondona en 2014, surgió un movimiento conocido como Ascenso Unido, compuesto por dirigentes de clubes en categorías menores que buscaban mantener cierta influencia en la política del fútbol.

Estos dirigentes, en su mayoría, se identifican con las ideas de Tapia y han jugado un papel en la configuración del poder actual.

La presencia de Tapia en diferentes cargos administrativos también ha generado controversias. Algunos dirigentes como Fabián Lovato (San Telmo), Martín Camarero (Brown de Adrogué), Jorge Milano (Villa Dálmine) y Javier Marín (Acassuso) han sido denunciados por diferentes figuras públicas, lo que incrementa la polémica sobre la transparencia en la gestión dirigencial.

Algunos de estos dirigentes ocupan cargos en la Comisión Ecológica del Área Metropolitana, donde Tapia también tiene influencia, y perciben suculentos viáticos por su gestión y viajes al exterior.

En el caso de Javier Marín, su relación con Tapia data de mucho tiempo y actualmente se desempeña como vicepresidente de Acassuso, con aspiraciones a ascender a la Primera División.

Por otro lado, Luciano Nakis, hijo del ex dirigente Noray Nakis, también tiene un papel en la interna del fútbol, con intereses en lograr la presidencia de un club de Ascenso.

Nakis ha tenido interacción cercana con Tapia, incluso en eventos internacionales, donde fue protagonista de una imagen que fue ampliamente difundida en medios, debido a una situación incómoda en la Copa América del año pasado.

En esta coyuntura, la justicia avanza con investigaciones que buscan esclarecer posibles delitos y manejos irregulares en las instituciones vinculadas con dirigentes del fútbol.

La lucha por el poder y la influencia en el #fútbol argentino sigue en marcha

La percepción pública, cada vez más crítica, refleja un desencanto profundo con la gestión actual. La lucha por el poder y la influencia en el fútbol argentino sigue en marcha, pero la sombra de la transparencia y la ética continúa siendo una deuda pendiente para muchos en la Asociación del Fútbol Argentino.

Este escenario, que combina conflictos legales, disputas internas y alianzas estratégicas, refleja las complejidades del fútbol profesional argentino, donde las decisiones de sus dirigentes afectan no solo a los clubes, sino también a la imagen del deporte en toda la nación.

La comunidad del fútbol y los aficionados esperan cambios que apunten a mayor transparencia y justicia en la gestión de sus instituciones.

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