Un importante proyecto de energía renovable en Nueva York enfrenta obstáculos tras una orden de paralización, poniendo en riesgo miles de empleos y hogares que dependen de energía limpia.

Miles de empleos y cientos de miles de hogares en Nueva York podrían verse afectados tras la suspensión de un proyecto de energía renovable que prometía transformar el panorama energético del estado.
El proyecto, conocido como Empire Wind 1, fue diseñado para generar una gran cantidad de electricidad limpia, contribuyendo a la reducción de emisiones y a la independencia energética de la región.
Sin embargo, el 16 de abril, el Departamento del Interior de los Estados Unidos emitió una orden de paralización que detuvo las obras en marcha, poniendo en jaque el cumplimiento de estos objetivos.
Este proyecto, que había recibido todos los permisos federales necesarios, se encontraba en una fase avanzada de construcción y se esperaba que aportara aproximadamente 1.500 empleos directos durante su fase de desarrollo, además de generar beneficios económicos a largo plazo para la comunidad local. La suspensión no solo afectaba las oportunidades laborales, sino que también ponía en riesgo la capacidad de Nueva York para avanzar en su compromiso de reducir la dependencia de combustibles fósiles y promover una economía más sostenible.
El impulso para reactivar la iniciativa llegó tras semanas de intensas negociaciones y conversaciones con funcionarios del gobierno federal, representantes de Equinor —la empresa responsable del proyecto—, y líderes políticos de Nueva York.
La importancia de este proyecto radica en su potencial para proporcionar energía limpia a más de 200.000 hogares, contribuyendo a los objetivos climáticos del estado y generando un impacto positivo en la salud pública al reducir las emisiones de gases contaminantes.
El 30 de abril, se anunció que el presidente Donald Trump y el secretario de Interior, John Burgum, habían acordado levantar la orden de paralización, permitiendo así que la construcción vuelva a su curso.
La Comunidad de Madrid inaugura la primera planta solar flotante para energía renovable
La Comunidad de Madrid ha inaugurado la primera instalación fotovoltaica flotante para la producción de energía limpia y renovable. Situada en el depósito inferior de la minicentral hidroeléctrica de Canal de Isabel II, en Torrelaguna, esta innovadora infraestructura pública ha sido supervisada por el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo. La planta, con un total de 3.770 módulos fotovoltaicos y una inversión de 2,1 millones de euros, cuenta con una potencia pico de 1.696 kilovatios, lo que permitirá abastecer anualmente el equivalente al consumo de 1.300 hogares.La decisión fue celebrada por líderes locales y defensores del medio ambiente, quienes consideran que esta acción representa un paso crucial hacia un futuro energético más sostenible.
La reanudación de las obras permitirá que Equinor continúe con la construcción del parque eólico en alta mar, que se estima tendrá una inversión cercana a los 1.500 millones de euros (aproximadamente 1.600 millones de dólares). La iniciativa no solo generará energía renovable, sino que también estimulará la economía local y aportará a la creación de puestos de trabajo en un momento en que la recuperación económica tras la pandemia de COVID-19 es esencial.
Además, las autoridades de Nueva York reafirmaron su compromiso de colaborar con la administración federal y el sector privado en futuros proyectos de energía limpia, siempre que cumplan con las normativas legales del estado.
La gobernadora Kathy Hochul expresó que “el futuro económico de Nueva York dependerá de una matriz energética abundante y limpia que permita a hogares y negocios prosperar”.
La historia de la energía en Nueva York está marcada por esfuerzos constantes para diversificar fuentes y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Desde la instalación de los primeros parques eólicos en la década de 2000 hasta las recientes inversiones en energía solar y eólica marina, el estado ha demostrado su compromiso con un desarrollo sostenible.
La reactivación de Empire Wind 1 es vista como un hito que reafirma esta trayectoria y que podría sentar un precedente para futuros proyectos similares en toda la costa este de Estados Unidos.