Investigadores revelan la importancia de los sueños y visiones en el proceso de la muerte, ofreciendo consuelo a los moribundos y a quienes quedan atrás.

En medio de la pandemia de la COVID-19, muchos españoles han experimentado la tristeza de perder a un ser querido.

Pero ¿qué tanto consuelo pueden ofrecer los sueños y las visiones en el momento de la muerte? Un reciente estudio revela que son una importante fuente de consuelo tanto para los moribundos como para aquellos que se quedan atrás.

Un caso conmovedor es el de la madre de Cynthia Good, quien experimentó un sueño o visión mientras moría de cáncer de páncreas.

Mientras se encontraba en un hospital en Toronto, su hija Cynthia estaba a su lado.

En el sueño, la madre de Cynthia vio a su propia madre, que había fallecido años antes.

A pesar de la tristeza que rodeaba la situación, Cynthia sintió una profunda sensación de paz al interactuar con su madre en ese sueño.

Posteriormente, la madre de Cynthia falleció esa misma noche.

El Dr.

Christopher Kerr, quien ha investigado estos sueños y visiones durante más de una década, asegura que la muerte ofrece un punto de vista único que cambia la perspectiva de las personas.

Muchos pacientes que han experimentado sueños cercanos a la muerte han reportado ver a seres queridos fallecidos y temas como el amor, el perdón y la tranquilidad han sido recurrentes.

Investigaciones recientes sugieren que estos sueños pueden ser una forma natural en la que el cerebro ayuda a las personas a lidiar con el proceso de la muerte.

Aunque algunos escépticos puedan considerar estas experiencias como alucinaciones causadas por la medicación, estudios han demostrado que muchos participantes se encuentran en plenas facultades cognitivas durante estos sueños y visiones.

Es importante entender que estos eventos pueden ser reconfortantes tanto para el paciente como para sus seres queridos.

En resumen, los sueños y visiones en el lecho de muerte pueden ofrecer consuelo en un momento tan difícil como la muerte.

Es un recordatorio de que incluso en los momentos finales, la vida puede estar llena de significado y afecto.