Canadá avanza en la prohibición de PFAS, conocidos como químicos 'eternos', en la ropa y otros productos, a medida que los estándares se endurecen tanto en EE. UU. como en Europa.

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Recientemente, las nuevas regulaciones en Estados Unidos han llevado a una disminución notable en la presencia de PFAS, también conocidos como químicos 'eternos', en la ropa y otros productos vendidos en Canadá.

Estas sustancias, que se utilizan en la fabricación de una variedad de productos debido a sus propiedades repelentes de agua y manchas, han sido objeto de preocupación por sus efectos negativos sobre la salud humana y el medio ambiente.

Los PFAS, o sustancias perfluoroalquiladas, tienen la particularidad de ser muy difíciles de descomponer, lo que significa que pueden acumularse tanto en el cuerpo humano como en el medio ambiente.

Utilizados ampliamente en la industria y en productos cotidianos como chaquetas impermeables, empaques de alimentos, productos de higiene femenina, entre otros, se les ha asociado con una serie de problemas de salud, incluidos un mayor riesgo de cáncer, efectos adversos en la respuesta inmunológica y problemas de fertilidad.

Por ello, muchos países están tomando medidas para reducir su uso.

Desde comienzos de este año, varias leyes en Estados Unidos han entrado en vigor. Por ejemplo, Nueva York ha prohibido la venta de ropa con PFAS que se haya agregado intencionadamente, salvo en uniformes profesionales y prendas para condiciones climáticas severas que no se comercializan para el consumidor general.

Por su parte, California también ha implementado leyes similares, que afectan no solo a la ropa, sino a una variedad de productos textiles.

Los fabricantes canadienses han comenzado a ajustarse a estas regulaciones, impulsados tanto por la presión normativa como por las expectativas de los consumidores.

Algunas empresas de confección han informado que están eliminando progresivamente estos químicos de sus productos. La empresa Claigan Environmental, especializada en pruebas de PFAS, ha indicado que las restricciones en Europa han tenido un impacto significativo, reduciendo los niveles de estas sustancias en productos como abrigos de lluvia y productos de higiene femenina.

Mientras tanto, un informe reciente muestra que el mayor riesgo de exposición a PFAS en Canadá proviene de empaques de alimentos desechables, como cuencos de papel de comida para llevar.

De hecho, muchos productos de comida rápida han comenzado a eliminar el uso de estos químicos en sus empaques, lo que representa un avance hacia una mayor seguridad alimentaria.

A medida que estas regulaciones se implementan, surge la pregunta: ¿Deberían los consumidores deshacerse de su ropa vieja que contiene PFAS? Muchos expertos coinciden en que no es necesario hacerlo, ya que el mayor riesgo se presenta más bien en la exposición durante el proceso de fabricación que en la prenda en sí.

Algunas de las opciones alternativas para las prendas de lluvia incluyen materiales basados en polietileno y recubrimientos de cera o silicona, que son cada vez más comunes.

A pesar de la transición hacia estos nuevos materiales, algunos productores de prendas de alta gama aún dependen de PFAS para cumplir con los estándares de impermeabilidad.

Con todas estas iniciativas, se espera que el mercado canadiense continúe su evolución hacia productos más seguros y sostenibles. En definitiva, la lucha contra los químicos 'eternos' es un paso fundamental no solo para la salud pública, sino también para la protección del medio ambiente.