Los equipos de bomberos en Los Ángeles han estado utilizando un polvo rosa para combatir los incendios. Este artículo explora su función, composición y preocupaciones sobre la seguridad.

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En la última semana, Los Ángeles ha sido escenario de impactantes imágenes que muestran un polvo rosa cubriendo calles, vehículos y áreas verdes. Este polvo es un retardante de fuego, utilizado por aviones cisterna para combatir los incendios mediante la creación de muros que ralentizan su avance.

Este enfoque es fundamental para ayudar a los equipos de bomberos a establecer líneas de defensa contra las llamas.

Desde que los incendios comenzaron en la región, se han lanzado miles de litros de este retardante en un intento de mitigar el daño. Los incendios han resultado devastadores, causando la pérdida de al menos 25 vidas, la destrucción de más de 12,000 estructuras y el desplazamiento de decenas de miles de personas.

El polvo rosa, como se le ha apodado, es una herramienta esencial en la lucha contra los incendios forestales que ha cobrado gran notoriedad en los últimos días.

Pero, ¿qué es realmente el retardante de fuego? Este tipo de material está compuesto principalmente por químicos utilizados en fertilizantes, como fosfatos de amonio.

Además, a menudo se les añaden pigmentos brillantes para facilitar que los pilotos puedan visualizar correctamente el área en la que se está vertiendo el producto.

El objetivo principal de los retardantes es enfriar y recubrir la vegetación que alimenta el fuego, consumiendo el oxígeno y alterando la forma en que los combustibles arden.

Uno de los retardantes más utilizados en Los Ángeles es Phos-Chek, fabricado por la compañía Perimeter Solutions, que es también el más común en Canadá y en el mundo.

Este producto generalmente se presenta en forma de polvo concentrado, que luego se mezcla con agua antes de ser dispersado desde el aire. Sin embargo, es importante señalar que, aunque se considera que los retardantes aprobados no son tóxicos para los seres humanos, existe el riesgo de irritación si se inhala o entra en contacto con los ojos o la piel.


En un estudio reciente, se identificaron metales tóxicos, como el plomo y el arsénico, en ciertas formulaciones de retardantes.

A pesar de la efectividad de estos productos, su uso ha estado en el centro de las críticas y preocupaciones sobre la seguridad. Muchos expertos advierten sobre el impacto ecológico que puede tener, especialmente en la fauna acuática, al entrar en contacto con fuentes de agua.

Por ello, el Servicio Forestal de EE. UU. ha restringido el uso de estos retardantes a al menos 90 metros de áreas acuáticas, a menos que la vida humana esté en peligro.

Históricamente, el uso de retardantes de fuego comenzó en los años 50 y ha evolucionado significativamente a lo largo de los años, sometiéndose a regulaciones más estrictas.

En 2005, una corte en EE. UU. dictó que el Servicio Forestal había violado la Ley Nacional de Política Ambiental al no evaluar adecuadamente el impacto de estos químicos en el medio ambiente.

En estos tiempos de creciente severidad de incendios forestales, es crucial encontrar un equilibrio entre la seguridad pública y la protección del entorno.

Mientras Los Ángeles sigue lidiando con estas devastadoras llamas, el conocimiento acerca del uso de retardantes de fuego es vital para comprender las complejidades de la lucha contra estos desastres naturales.