El huracán Helene causa inundaciones récord y deja a cientos de personas desaparecidas en el sureste de Estados Unidos, mientras los científicos analizan las causas de su gravedad.

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El huracán Helene ha desatado una devastadora ola de destrucción en el sureste de los Estados Unidos, resultando en la trágica pérdida de vidas de al menos 130 personas y dejando a cientos más desaparecidas.

Este fenómeno meteorológico ha provocado inundaciones históricas y oleadas de tormenta, afectando gravemente a las comunidades locales y dejando a millones de habitantes sin suministro eléctrico.

Helene llegó a la costa como un huracán de categoría 4, con vientos que alcanzaron los 225 km/h, convirtiéndose en uno de los más poderosos en impactar al país.

Este huracán hizo su aterrizaje en Perry, Florida, durante la noche del jueves, generando oleadas de tormenta de hasta 4.6 metros en la costa.

Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), Helene fue un "tormenta inusualmente grande", con vientos extendiéndose hasta 560 kilómetros desde su centro.

Los meteorólogos Ryan Maue y Ed Clark informaron que durante cuatro días, se vertieron 151 trillones de litros de agua sobre el sureste, suficiente para desbordar el Lago Athabasca, el décimo lago más grande de Canadá. Esta cantidad de agua podría cubrir la superficie de Nueva Escocia y New Brunswick más de un metro de profundidad.

Los efectos de la tormenta han sido devastadores en particular en el condado de Buncombe, Carolina del Norte, donde el director asistente de servicios de emergencia, Ryan Cole, declaró que el impacto fue como una "devastación bíblica".

Uno de los factores que contribuyeron a la intensidad de Helene fueron las tormentas de lluvia que ocurrieron previamente en la región.

Muchas áreas habían experimentado lluvias intensas de otros sistemas antes de la llegada del huracán.

Según la climatóloga estatal Kathie Dello, la lluvia torrencial que trajo Helene completó tres días de precipitaciones extremas.

Esto llevó a que los flujos de ríos estuvieran ya en niveles récord y, además, a que los suelos en las laderas de las montañas estuvieran saturados.


Cuando Helene pasó, pudo haber recogido agua evaporada como fuente de energía adicional, lo que se conoce como "efecto océano marrón", fenómeno que incrementó aún más la fuerza de la tormenta.

El director del programa de ciencias atmosféricas de la Universidad de Georgia, Marshall Shepherd, enfatizó que este fenómeno podría haber sido un factor crucial y que se realizarán estudios para evaluar su contribución a la potencia de Helene.

Por si fuera poco, Helene se desplazó rápidamente hacia el interior, alcanzando incluso las Montañas Apalaches, donde las comunidades sufrieron "inundaciones catastróficas y daños inimaginables". Las nubes de tormenta, al entrar en contacto con el terreno montañoso, se vieron forzadas a elevarse, lo que resultó en un aumento en las precipitaciones.

El calentamiento del océano, impulsado por el cambio climático, proporcionó el combustible necesario para el huracán.

Las aguas cálidas del Golfo de México, donde Helene se intensificó tras formarse en el Caribe, han alcanzado niveles muy por encima de la normalidad.

Este fenómeno llevó a Helene a experimentar una intensificación rápida, convirtiéndose en un huracán de categoría 1 en la mañana del jueves, y alcanzando la categoría 4 en tan solo 12 horas.

Los investigadores han logrado establecer que el cambio climático ha aumentado significativamente las probabilidades de lluvias récord, presentando un estudio que indica que en ciertas zonas de Georgia y las Carolinas, las lluvias fueron un 50% más intensas.

Este fenómeno pone de manifiesto la urgente necesidad de tomar medidas ante el cambio climático para proteger las comunidades vulnerables en el futuro.