Autoridades en Columbia Británica están en proceso de localizar y determinar las próximas medidas respecto a un oso pardo que atacó a un grupo escolar, causando heridas a cuatro personas. La comunidad y expertos analizan las posibles respuestas y la manera de prevenir incidentes similares en el futuro.

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Este incidente, raro por la magnitud y la situación en la que ocurrió, ha generado un intenso debate sobre cómo proceder en estos casos y qué medidas implementar para evitar que se repitan eventos similares.

La zona afectada se ubica en territorios tradicionales de la Nación Nuxalk, en la zona cercana a Bella Coola, donde la densidad de población de osos pardos es relativamente alta, alcanzando aproximadamente 20 ejemplares por cada 1,000 kilómetros cuadrados, según registros oficiales.

La presencia de estos animales en la zona no es nueva, pues en el pasado se han registrado diversos encuentros, aunque ataques como el de la semana pasada son poco frecuentes.

Para localizar al animal, los equipos de #conservación emplean técnicas tradicionales y modernas. Se colocan cebos en áreas estratégicas y se montan trampas para capturar al oso, que luego será sometido a un proceso de identificación exhaustivo.

Cuando se logra capturar al animal, se comparan las muestras de pelo, tejidos y huellas dejadas en la escena con los registros de los animales conocidos en la zona.

La labor es compleja y requiere la colaboración de veterinarios especializados y biólogos en grandes carnívoros.

Uno de los aspectos que más preocupa es la causa del ataque. Según expertos en osos pardos, los ataques en grupo son extremadamente raros. El biólogo Brian Falconer, de la Fundación Raincoast, explicó que en su experiencia, nunca ha visto un ataque por parte de un #oso pardo que involucre a más de seis personas.

La situación en Bella Coola fue distinta, ya que el incidente involucró a más de veinte personas, entre niños y adultos. Algunos analistas sugieren que factores como la presencia de un oso madre con crías, el comportamiento defensivo ante una amenaza o la huida de los animales tras un encuentro previo pueden haber contribuido a que el oso actuara de esa manera.

Tras el ataque, las autoridades recibieron reportes de que la osa y sus crías podrían estar involucradas. La veterinaria y los especialistas analizan los datos recolectados para determinar si el animal será sometido a eutanasia o si se optará por otras medidas, como la reubicación de la especie.

La reubicación, que consiste en mover al oso a un área más lejana, se realiza generalmente para darle tiempo a la comunidad y limpiar los espacios de posibles attracts como basura, gallineros o frutales, que actúan como imanes para estos animales.

Prohibida en 2017 por el gobierno de Columbia Británica

El debate sobre si se debería permitir nuevamente la caza de osos pardos en la región ha resurgido tras el ataque. La caza recreativa, prohibida en 2017 por el gobierno de Columbia Británica, solo está permitida ahora para las comunidades indígenas, bajo sus derechos tradicionales.

Algunos grupos continúan defendiendo la reanudación de la caza, argumentando que podría reducir la cantidad de osos problemáticos, aunque la mayoría de los expertos insiste en que matar animales en respuesta a un ataque aislado no resuelve la raíz del problema.

La comunidad local y las autoridades están en alerta, conscientes de la posibilidad de que estos animales puedan volver a acercarse a zonas habitadas si no se implementan medidas de gestión adecuadas.

Como parte del proceso, intervenciones en la gestión de basura y en la protección de ganado y viviendas con cercas eléctricas son consideradas como estrategias efectivas para reducir potenciales conflictos.