El uso de paneles solares en los campos de sal en Gujarat, India, ha transformado la vida de los agricultores, reduciendo costos y mejorando su calidad de vida, en un esfuerzo por impulsar energías renovables y disminuir la dependencia del carbón.

En la región árida de Kutch, en el estado de Gujarat, la vida de los agricultores que se dedican a la producción de sal ha cambiado radicalmente gracias a la incorporación de paneles solares para alimentar sus bombas.
Tradicionalmente, estos agricultores, conocidos como Agariyas, dependían de costosos generadores diésel para extraer el agua salada y producir sal en sus vastos campos.
Este método, a pesar de ser ancestral, generaba altos costos y efectos nocivos para la salud debido a las emisiones de humo y tóxicos.
Sin embargo, en los últimos años, una iniciativa respaldada por el gobierno indio y financiada parcialmente por subsidios, ha permitido a estas comunidades reemplazar la maquinaria diésel por energía solar, generando un impacto positivo tanto en la economía como en el medio ambiente.
Con ayudas que cubren aproximadamente el 80% del costo de los paneles solares, muchas familias han invertido en esta tecnología, logrando reducir en más del 70% sus gastos operativos.
Por ejemplo, en lugar de gastar alrededor de 400 euros (unos 33,000 rupias) por temporada en combustible diésel, ahora solo necesitan una pequeña cantidad para mantener un generador en reserva, en caso de días nublados.
La visión de los agricultores ha cambiado: no solo ven la reducción de costos, sino también una mejora en la salud de todos, ya que las emisiones de humo han desaparecido de sus comunidades.
Juan, un agricultor local de 59 años, comenta que “antes apenas podíamos cubrir nuestros gastos. Ahora, con los ahorros del uso de energía solar, hemos podido construir nuevas casas y pagar las bodas de nuestros hijos.” La implementación ha hecho posible que vivan con mayor dignidad y en mejores condiciones, además de promover la sustentabilidad a largo plazo.
Este cambio no solo ha repercutido en las finanzas, sino también en la duración y calidad de la cosecha de sal. Al alargar la temporada de producción gracias a la menor dependencia de fuentes externas de energía, el producto final obtiene una mejor cristalización.
Los agricultores ahora pueden vender una sal de mayor calidad, lo que a su vez representa un mejor ingreso.
El avance en el sector solar en India, que ha pasado de menos de 3 gigavatios en 2015 a más de 80 gigavatios en 2025, refleja el compromiso del país con las energías limpias y la reducción de su dependencia del carbón, responsable de más del 70% de su generación eléctrica.
Además, el país está invirtiendo en grandes parques solares, formando vastas extensiones de paneles que proporcionan energía a millones de hogares y empresas.
A pesar de estos avances, la situación en las comunidades rurales sigue enfrentando desafíos, como la necesidad de sistemas de respaldo y seguros para los paneles, ya que el subsidio que facilitó la adopción masiva ha llegado a su fin.
Sin embargo, la experiencia demuestra que con apoyo y tecnología adecuada, los agricultores pueden romper el ciclo de pobreza y dependencia de combustibles fósiles.
En un contexto global donde la crisis climática impulsa la transición energética, la historia de los agricultores de sal en Gujarat es un ejemplo de cómo las energías renovables pueden transformar vidas, promoviendo un desarrollo más justo y sostenible en las comunidades más vulnerables.
La implementación de la energía solar en estos pequeños pero vitales productores de sal representa una esperanza para muchas otras regiones en todo el mundo que buscan soluciones ecológicas y económicas para sus desafíos cotidianos.