Un fuerte evento atmosférico llamado ráfaga descendente causó daños considerables en el parque provincial Samuel de Champlain, en el noreste de Ontario. La limpieza y evaluación de daños ya están en marcha, con un impacto que incluye destrucción de infraestructura y vehículos, y lesiones a algunos visitantes.

Imagen relacionada de parque samuel de champlain danos por rafaga descendente ontario

Este tipo de evento atmosférico, aunque menos conocido que un tornado, puede producir vientos extremadamente fuertes que golpean desde la parte superior de una convulsión tormentosa hacia tierra, dañando gravemente la infraestructura y poniendo en riesgo a los visitantes.

La comparación que hace el gerente de la Zona Algonquin de #Ontario Parks, Cameron Hockey, es clara: describió la escena como similar a una operación de tala masiva, debido a la cantidad de árboles caídos y destrucción generalizada.

Según las estimaciones iniciales, más de 100 vehículos y trailers quedaron destruidos tras el impacto de los vientos, que derribaron árboles como si fueran fichas de dominó.

Afortunadamente, no hubo muertes, pero sí lesiones graves, incluyendo a un campista que sufrió la fractura de fémur en cuatro lugares luego de que un árbol atravesara su tráiler, y otra persona que estuvo a punto de perder un brazo cuando un árbol cayó sobre ella.

El tamaño del daño es tal que todavía no hay una fecha clara para la reapertura del parque. La zona más afectada fue el campamento Jingwakoki, donde miles de árboles fueron tumbados por el viento violento, como lo muestran imágenes con drones que capturan la magnitud del desastre.

Desde entonces, los equipos de Ontario Parks y del Centro de Ecología Canadiense trabajan en remover los árboles caídos, reparar infraestructura deteriorada —como líneas de alta tensión, sistemas de agua y baños públicos—, y garantizar la seguridad de los visitantes y trabajadores.

Conocido como #ráfaga descendente o microbursta

Este fenómeno atmosférico, conocido como ráfaga descendente o microbursta, puede generar vientos que alcanzan velocidades de hasta 150 km/h, equivalentes a unos 41 euros por hora de viento.

Aunque es menos famoso que un tornado, su impacto en la naturaleza y en las comunidades afectadas es igual de severo.

El Centro de Ecología Canadiense, en el parque, también sufrió daños: muchas cabañas con techos destruidos, instalaciones que, en circunstancias normales, albergarían a más de 100 estudiantes en campamentos de verano.

Su gerente, Bill Steer, expresó que si la tormenta hubiera ocurrido una semana después, las consecuencias serían aún más graves, dada la presencia de numerosos campistas.

La recuperación del parque será un proceso largo. Se realizará una evaluación exhaustiva y campañas de tala para remover los árboles caídos, antes de que el sitio pueda volver a abrir al público.

La inversión necesaria para reparar todos los daños, en términos económicos, sería significativa. En euros, la recuperación podría representar un costo que ronda los 3 millones de euros, considerando las reparaciones y la pérdida de ingresos.

Este evento destaca cómo los fenómenos meteorológicos extremos están causando daños cada vez mayores en espacios naturales y recreativos en Canadá y otras partes del mundo.