Un científico fue despedido del principal laboratorio de enfermedades infecciosas de Canadá por compartir intencionalmente información científica con China, poniendo en peligro la salud de las personas, según un informe del Servicio Canadiense de Inteligencia de Seguridad (CSIS).

En un informe reciente del Servicio Canadiense de Inteligencia de Seguridad (CSIS), se reveló que uno de los científicos despedidos del Laboratorio Nacional de Microbiología (NML) de Canadá compartió información científica con China de manera intencional, lo que potencialmente puso en riesgo la salud de las personas.

El documento indica que las decisiones de la Dra.

Xiangguo Qiu podrían haber afectado la seguridad pública y que trabajó para mejorar la capacidad de China para combatir patógenos altamente patógenos.

Según el informe, Qiu proporcionó a Beijing la secuencia genética del Ébola.

CSIS acusó a Qiu de estar asociada con múltiples programas de talento administrados y financiados por varias entidades chinas, lo que podría representar una seria amenaza para las instituciones de investigación.

El informe también señaló que Qiu tenía relaciones cooperativas con diversas instituciones chinas y había transferido conocimientos científicos y materiales a China con el fin de beneficiar al Gobierno chino y a sí misma, sin tener en cuenta las implicaciones para su empleador o para los intereses de Canadá.

Según el informe, si Qiu fuera reincorporada al laboratorio o se le permitiera conservar su autorización de seguridad para manipular agentes biológicos sensibles, la seguridad nacional de Canadá y la salud de las personas podrían correr peligro.

La Ministra de Salud, Mark Holland, afirmó que la influencia de China en la comunidad científica de Canadá no se conocía en la medida en que se conoce actualmente.

Holland mencionó que se produjo una falta de adherencia a los protocolos de seguridad en este caso, lo que calificó de inaceptable.

El LNB es el único laboratorio de bioseguridad de nivel 4 de Canadá, ubicado en Winnipeg.

El líder conservador Pierre Poilievre calificó el caso como un "enorme fracaso de seguridad nacional por parte de Justin Trudeau y su gobierno liberal" y declaró que no se puede confiar en él para mantener seguros a los ciudadanos y al país.