Un proyecto busca establecer un santuario para ballenas en Port Hilford, Nueva Escocia, como hogar para orcas en cautiverio.

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Un proyecto innovador está tomando forma en Port Hilford, Nova Escocia, donde se propone establecer un santuario destinado a ballenas que han vivido en cautiverio.

Este esfuerzo, dirigido por Whale Sanctuary Project, tiene en mente a dos orcas, Wikie y su hijo Keijo, que actualmente residen en Marineland Antibes, un parque acuático ubicado en la Riviera Francesa.

La intención es proporcionarles un ambiente más natural y seguro, alejándolos de la vida en cautiverio.

Charles Vinick, director ejecutivo de Whale Sanctuary Project, comenta: "Les debemos algo.

Les hemos quitado su libertad y tenemos una responsabilidad de cuidarlos durante el resto de sus vidas". Esta declaración subraya la necesidad de ofrecer un lugar adecuado para estos animales, especialmente después de que Francia aprobara una ley en 2020 que determina la eliminación progresiva de delfines y ballenas en entornos cautivos.

El santuario no sólo se preocupa por el bienestar animal, sino que busca ser parte de un movimiento global por el rescate de especies que han sido mantenidas en condiciones inapropiadas.

Vinick explica que se han estudiado más de 130 posibles ubicaciones en Estados Unidos y Canadá antes de decidirse por Port Hilford, donde se planea un área de aproximadamente 40 hectáreas (cerca de 100 acres) capaz de albergar entre ocho y diez ballenas.

Este espacio es considerablemente más grande que los tanques que normalmente se utilizan en acuarios y parques marinos, con dimensiones que equivalen a 50 campos de fútbol.

La idea es que las ballenas tengan la oportunidad de vivir en un ambiente más amplio, donde se les permita nadar libremente mientras se asegura que profesionales capacitados velen por su atención y salud.

El costo estimado de este santuario es de hasta 16,5 millones de euros.

A pesar de la inversión considerable, se considera que los beneficios para las ballenas superan los inconvenientes económicos.


Sin embargo, este plan no es unánime.

Expertos como Andrew Trites, director de la Unidad de Investigación de Mamíferos Marinos de la Universidad de Columbia Británica, señalan que la implementación de un santuario de este tipo sería un desafío, especialmente dada la clima en Nueva Escocia, conocido por su brutalidad en invierno.

"Es esencial garantizar que la infraestructura sea capaz de resistir condiciones climáticas adversas, y esto requiere un equipo técnico constante para su mantenimiento", dijo Trites.

Además, destacó la importancia de mantener el vínculo entre las ballenas y sus cuidadores, quienes han sido una parte esencial de sus vidas en el cautiverio.

Aún están a la espera de la aprobación del gobierno francés, la cual se había anticipado en junio de este año, pero fue postergada debido a elecciones recientes en el país.

Si se obtiene el visto bueno, las ballenas podrían ser transportadas a Nova Escocia para 2025.

La iniciativa de Whale Sanctuary Project no es simplemente un proyecto aislado; sino parte de un movimiento más amplio que busca cambiar la narrativa sobre cómo se deben tratar los animales y su derecho a vivir de manera digna.

En la historia reciente, ha habido un aumento notable en la conciencia pública sobre el bienestar animal, lo que ha llevado a algunos acuarios y parques marinos a reconsiderar sus prácticas de exhibición.

La realidad es que rescatar y adaptar a estas ballenas al nuevo entorno será una tarea llena de retos, pero también de esperanzas para un futuro donde los habitantes del océano puedan vivir más cerca de su hábitat natural.

La comunidad global de conservación observa con atención cómo avanza esta iniciativa, que puede marcar un hito en la historia del tratamiento de animales en cautiverio.