El estado de California ha aprobado nuevas normas que permiten a las agencias de agua reciclar aguas residuales y reintroducirlas en las tuberías que suministran agua potable a los hogares, escuelas y negocios. Esta medida supone un gran avance para el estado, que ha luchado durante décadas por asegurar fuentes confiables de agua potable para sus más de 39 millones de habitantes. Además, indica un cambio en la opinión pública sobre un tema que hace tan solo dos décadas generaba controversia y perjudicaba proyectos similares.

California ha aprobado nuevas normas que permiten a las agencias de agua reciclar aguas residuales y reintroducirlas en las tuberías que suministran agua potable a los hogares, escuelas y negocios.

Es un gran avance para el estado, que ha luchado durante décadas por asegurar fuentes confiables de agua potable para sus más de 39 millones de habitantes.

Además, indica un cambio en la opinión pública sobre un tema que hace tan solo dos décadas generaba controversia y perjudicaba proyectos similares.

California ha estado enfrentando múltiples sequías extremas, incluyendo el periodo de tres años más seco registrado, que dejó los embalses del estado en niveles peligrosamente bajos.

Por lo tanto, estas nuevas normas son un paso importante para garantizar la disponibilidad de agua potable en tiempos de escasez.

Anteriormente, California ya utilizaba aguas residuales recicladas para diversas aplicaciones, como hacer hielo en una pista de patinaje, fabricar nieve artificial en una estación de esquí y regar cultivos agrícolas.

Sin embargo, nunca había sido utilizado directamente como agua potable.

Ahora, con estas nuevas normas, las agencias de agua podrán tratar las aguas residuales y reintroducirlas en el sistema de agua potable.

California se convierte así en el segundo estado en permitir esta práctica, después de Colorado.

Estas normas han sido desarrolladas durante más de 10 años y han pasado por múltiples revisiones de paneles científicos independientes.

El voto a favor de las normas fue recibido positivamente por las principales agencias de agua del estado, las cuales tienen planes para construir grandes plantas de reciclaje de agua en los próximos años.

La Junta Metropolitana de Agua del Sur de California, que sirve a 19 millones de personas, tiene como objetivo producir hasta 150 millones de galones (casi 570 millones de litros) de agua reciclada directa e indirectamente por día.

Por su parte, San Diego planea que aproximadamente el 50% de su suministro de agua provenga de aguas residuales recicladas para el año 2035.

Para llevar a cabo estos proyectos, las agencias de agua deberán contar con el apoyo público, convenciendo a los consumidores de que el agua reciclada es segura para el consumo.

Las nuevas normas de California requieren que las aguas residuales sean tratadas para eliminar cualquier patógeno o virus, incluso si no están presentes en las aguas residuales.

Este tratamiento es tan riguroso que elimina los minerales que le dan sabor al agua potable.

Por lo tanto, será necesario añadir nuevamente estos minerales al final del proceso.

Aunque la construcción de plantas de tratamiento de este tipo es costosa y requiere mucho tiempo, esta opción será viable para las ciudades más grandes y bien financiadas.

El nuevo enfoque en la gestión del agua en California es un paso crucial para garantizar un suministro confiable de agua potable en tiempos de sequía y escasez.

Además, fomenta la conservación y el uso sostenible de los recursos hídricos, evitando la sobreexplotación de las fuentes de agua dulce.

Con estas nuevas normas, California se pone a la vanguardia en la gestión eficiente del agua y establece un ejemplo para otros estados y países que se enfrentan a desafíos similares.