Boeing tuvo que cancelar el intento de lanzamiento de astronautas en el último minuto debido a un problema de última hora, agregando un nuevo retraso al vuelo de astronautas.

El intento de lanzamiento de la nave espacial tripulada de Boeing fue cancelado el sábado pasado en el último minuto, convirtiéndose en el último de una serie de retrasos a lo largo de los años.

Dos astronautas de la NASA estaban listos en la cápsula Starliner de la compañía cuando el conteo regresivo fue detenido automáticamente a tres minutos y 50 segundos por el sistema informático que controla los minutos finales antes del despegue.

El lanzamiento fue abortado y no había tiempo para resolver el problema en ese momento.

Los controladores de lanzamiento estaban evaluando los datos mientras los técnicos corrían hacia la plataforma para ayudar a los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams a salir de la cápsula.

Dentro de una hora después del aborto del lanzamiento, la escotilla fue abierta nuevamente.

El lanzamiento había sido programado para salir el 6 de mayo, pero fue pospuesto para realizar controles de fuga y reparaciones en el cohete.

La próxima ventana de lanzamiento disponible para la misión es el domingo alrededor del mediodía, pero la NASA informó que los oficiales de la misión no aprovecharían esa oportunidad, sin establecer una nueva fecha.

Las próximas oportunidades de lanzamiento son el miércoles 5 de junio y el jueves 6 de junio.

Boeing debería haber lanzado su primera tripulación alrededor del mismo tiempo que SpaceX, pero su primer vuelo de prueba con nadie a bordo en 2019 tuvo graves problemas de software y nunca llegó a la estación espacial.

Un segundo intento en 2022 fue mejor, pero problemas con los paracaídas y cinta inflamable causaron más retrasos.

Además, una pequeña fuga en el sistema de propulsión de la cápsula el mes pasado se sumó a un problema de válvula del cohete.

Más problemas de válvula surgieron dos horas antes del lanzamiento planeado del sábado, pero el equipo utilizó un circuito de respaldo para poner en funcionamiento las válvulas del equipo terrestre y completar el llenado de combustible del cohete.

Los controladores de lanzamiento estaban aliviados de poder continuar, pero el sistema informático conocido como el secuenciador de lanzamiento terrestre puso fin al esfuerzo.

Es evidente que los retrasos son parte del vuelo espacial, y a pesar de la frustración emocional, la NASA confía en un lanzamiento exitoso en el futuro.