Un nuevo libro detalla todas las formas en que las actividades biológicas de los animales hacen y rehacen nuestro mundo.
Desde los insectos más pequeños hasta las ballenas más grandes, el biólogo de conservación Joe Roman afirma que los animales desempeñan un papel importante en nuestro planeta a través del simple acto de comer, defecar e incluso morir.
Ya sea en metrópolis urbanas o en islas volcánicas remotas, Roman dice que los animales actúan como cintas transportadoras, moviendo nutrientes a través de largas distancias.
Y a través de ese movimiento, sustentan la vida tal como la conocemos.
En un nuevo libro, detalla todas las formas en que las actividades biológicas de los animales hacen y rehacen nuestro mundo, y cómo la restauración de las poblaciones de vida silvestre puede ayudar a solucionar nuestra actual crisis climática.
Roman habló con Bob McDonald, presentador de Quirks & Quarks, sobre su nuevo libro 'Comer, Defecar, Morir: cómo los animales hacen nuestro mundo'. En su libro, Roman compara a los bosques con los pulmones del planeta y a los animales con su sistema circulatorio.
Explica que si bien los árboles y las plantas absorben dióxido de carbono y emiten oxígeno, generalmente permanecen en un solo lugar.
Por otro lado, los animales pueden caminar, nadar y volar vastas distancias, comiendo en ciertos lugares, defecando en otros e incluso muriendo en algunos.
Los animales contribuyen a lo que Roman llama un 'transportador de nutrientes', moviendo sustancias vitales a través de los ecosistemas.
Roman señala que, sorprendentemente, el 96% de la biomasa de todos los mamíferos en el planeta actualmente son humanos o animales domésticos, como vacas y ovejas.
Solo el 4% son mamíferos salvajes.
Este desequilibrio hace que no consideremos a los animales tan importantes como deberíamos.
Roman destaca la importancia de reconocer el papel que juegan las heces en los ecosistemas, ya que estas aportan nutrientes esenciales.
Además, menciona que las ballenas, al migrar miles de kilómetros y nutrirse en zonas altamente ricas en nutrientes para luego reproducirse en otros lugares, contribuyen significativamente a la distribución de nutrientes a través del océano.
También destaca el papel de las aves marinas en la creación de nuevos hábitats, como la isla de Surtsey en Islandia, sembrando la vida a partir de sus heces y contribuyendo a la fertilización del suelo.
En general, Roman asegura que es posible restaurar este 'transportador de nutrientes' a través de la conservación de especies clave.
Se han visto mejoras en la población de ballenas jorobadas y focas elefantes, lo que demuestra que es posible recuperar el equilibrio del ecosistema, aunque requiere un esfuerzo conjunto.
Esta noticia fue escrita por Amanda Buckiewicz, productora y escritora especializada en ciencia para el legendario programa de ciencia Quirks & Quarks de CBC Radio.