La celebración anual del Voto de San Matías en Santander, una de las tradiciones más antiguas de la ciudad, volvió a realizarse este año en la catedral, con participación de la alcaldesa Gema Igual y una procesión que remonta más de cinco siglos en la historia local.

La celebración del Voto de San Matías en Santander, una de las manifestaciones culturales y religiosas más arraigadas de la ciudad, tuvo lugar esta tarde en la majestuosa Catedral de Santander.
La ceremonia, que combina una procesión y una misa, es un acto que data desde hace más de quinientos años y que refleja la profunda devoción de los santanderinos hacia su patrón.
El acto comenzó con una procesión que recorrió el interior del Claustro de la catedral, en la que participaron diversas autoridades locales, entre ellas la alcaldesa Gema Igual.
Durante la procesión, los asistentes llevaban velas encendidas, una tradición que simboliza la protección y la esperanza en tiempos difíciles. La participación de la alcaldesa en este acto es habitual y refleja el compromiso de la administración con el mantenimiento de las tradiciones culturales de la ciudad.
Tras la procesión, se celebró una misa en honor a San Matías, en la que se recordó la importancia histórica de esta figura y su vínculo con la protección de Santander.
La historia de esta celebración se remonta al año 1503, cuando por primera vez se instituyó el Voto de San Matías como una promesa de la población para pedir protección y salvación ante amenazas externas.
Es interesante destacar que, a lo largo de los siglos, esta tradición ha sido interrumpida únicamente en 1937, durante los años de la Guerra Civil Española, un conflicto que dejó profundas huellas en la historia del país y que afectó también las manifestaciones culturales y religiosas.
El Voto de San Matías también tiene raíces en épocas de plaga, específicamente en el siglo XVIII, cuando la población de Santander enfrentaba brotes de peste que azotaban la región.
Según la leyenda, en aquellos momentos los habitantes encendieron velas en sus iglesias y hogares, dedicando una especialmente a San Matías, la cual permaneció encendida durante toda la crisis.
La persistencia de la vela fue interpretada como un signo de protección divina, y desde entonces se instauró la tradición de encender una vela en su honor cada año.
En la actualidad, el coste de la vela y otros gastos asociados a la celebración, ajustados a la moneda europea, rondan los 20 euros, lo que refleja la sencillez y espiritualidad de la tradición, en contraposición a otras celebraciones más ostentosas.
El Voto de San Matías continúa siendo un símbolo de fe y unión para los habitantes de Santander, que cada año renuevan su compromiso con la protección del patrimonio y la historia local, manteniendo viva una tradición que ha sobrevivido a guerras, crisis y cambios sociales a lo largo de más de cinco siglos.