La llegada del Ford Everest a Argentina genera gran expectativa por sus características únicas y su competitivo equipamiento en el segmento de SUV derivados de pickups.

La reciente presentación del Ford Everest se ha convertido en uno de los anuncios más destacados del verano en Argentina. La marca estadounidense ha comenzado a mostrar su nuevo modelo en lugares icónicos como Pinamar y Cariló, anticipando su lanzamiento oficial programado para abril de este año.
Aunque aún se desconoce el precio de lista, la propuesta presentada promete sacudir la categoría de SUVs derivados de pickups.
Este nuevo modelo se basa en la misma plataforma que la Ford Ranger, la cual se produce localmente, pero el Everest llegará importado desde Tailandia al mercado argentino.
Sus principales competidores son el bien conocido Toyota SW4 y el Chevrolet Trailblazer, ambos consolidados en el mercado nacional, al ser fabricados en Argentina y Brasil respectivamente.
Una de las diferencias más notables respecto a la Ranger es que el Everest posee un esquema de suspensión trasera de espirales en lugar de elásticos, ofreciendo una comodidad de marcha superior y una mejor estabilidad.
El Ford Everest presenta dimensiones generosas, superando a sus rivales, lo que sumado a su equipamiento superior y un motor único en su segmento lo destacan.
Está propulsado por un motor naftero turbo de 2.3 litros que desarrolla 300 caballos de potencia y 446 Nm de torque. Este motor, utilizado en algunos mercados también por el Mustang, promete un desempeño ágil y efectivo, especialmente por su capacidad de entregar gran parte de su potencia a bajas revoluciones.
Con una longitud de 4.914 mm, una anchura de 1.923 mm y una distancia entre ejes de 2.900 mm, el Everest tiene un diseño que escapa a la impresión de ser un vehículo grande, gracias a sus proporciones equilibradas. Además, su corto voladizo trasero le aporta un excelente ángulo de salida, clave para cualquier aventura off-road.
En el interior, el Everest comparte ciertas similitudes con la Ranger, aunque es ligeramente menos robusto en términos de equipamiento. Sin embargo, ofrece un techo corredizo panorámico y salidas de aire acondicionado en las tres filas de asientos, superando a varios de sus competidores.
La versatilidad de su interior es notable, con una segunda fila de asientos que puede ajustarse longitudinalmente y una tercera fila que se despliega eléctricamente, facilitando el acceso a todos los asientos.
A nivel de sistema de tracción, el Everest cuenta con modos 2H, 4H y 4L, pero carece de la opción de tracción integral automática que sí está disponible en la Ranger.
Esta falta puede ser vista como una limitante para quienes busquen un vehículo con máximas capacidades off-road. Sin embargo, su capacidad de carga se extiende hasta 1.823 litros con los asientos abatidos, lo que lo convierte en una opción práctica para familias o actividades recreativas.
El equipamiento de seguridad y confort es destacable, aunque algunas características que están presentes en la versión tope de gama de la Ranger aún no han sido incorporadas, lo que genera cierta expectativa sobre la oferta completa del nuevo modelo.
Además, se espera que el Everest, al ser importado, tenga un costo más elevado que sus competidores directos, debido a los aranceles de importación del 35%.
Esto lleva a pensar que su precio podría superar los 50,000 euros, considerando su origen y equipamiento incrementado.
Con esta propuesta, Ford busca capturar la atención de aquellos consumidores que han estado acostumbrados a elegir entre sus competidores diésel, ofreciendo una versión naftera con equipamiento de alto nivel.
El Ford Everest, por su diseño, mecánica y tecnología, busca marcar una nueva etapa en el segmento de SUVs en Argentina, aportando además el respaldo de un fabricante con largo recorrido en el mercado automovilístico.