El Mansory Pugnator, basado en el Ferrari Purosangue, genera opiniones encontradas por su diseño excesivo y su exclusividad.

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El Ferrari Purosangue, lanzado oficialmente en septiembre de 2022, marcó un hito para la reconocida marca de automóviles deportivos italiana al convertirse en su primer SUV. Esta incursión en un segmento tan controvertido generó diversas reacciones, especialmente entre los entusiastas de la marca y los puristas de la automoción.

Sin embargo, la atención sobre este modelo no cesa, ya que recientemente ha sido objeto de una llamativa modificación por parte de la empresa de personalización Mansory, que ha presentado su versión denominada Pugnator.

Mansory, fundada en 1989 por el preparador iraní Kourosh Mansory y situada en Brand, Alemania, se especializa en la modificación de automóviles de lujo, siendo reconocido por sus intervenciones en marcas como Rolls Royce, Bentley y Aston Martin.

La compañía se enorgullece de ofrecer un estándar de calidad que combina producción técnica avanzada con una artesanía excepcional, utilizando materiales de alta gama.

Sin embargo, la última creación de Mansory, el Pugnator, ha generado debate sobre sus méritos estéticos.

El Ferrari Purosangue se ha convertido en uno de los SUV más veloces del mercado, logrando vender 1.500 unidades durante los primeros ocho meses del año, sin contar el significativo mercado de Medio Oriente, lo que promete llevar a Ferrari a un nuevo récord de ventas.

Este éxito es el resultado de un diseño cuidadosamente pensado, que sitúa el motor V12 de 725 caballos en la parte delantera y la transmisión de doble embrague en la trasera, promoviendo una distribución de peso óptima de 49:51. Este enfoque garantiza una experiencia de conducción en línea con las expectativas del fabricante.


El Pugnator, sin embargo, lleva el concepto del Purosangue a un extremo que algunos consideran excesivo.

Con un exterior que incluye un kit de carrocería ampliado, elementos de fibra de carbono y un alerón de proporciones desmesuradas, su diseño ha sido apodado 'Repugnator' por críticos que lo consideran una violación de la estética original del Ferrari.

En su búsqueda por la exclusividad, Mansory ha decidido limitar la producción a solo siete unidades, aunque aún no se ha revelado el precio de cada una.

Sin embargo, se estima que superarán los 420,000 euros que cuesta un Purosangue estándar.

El interior del Pugnator también ha sido objeto de críticas, con un revestimiento blanco microperforado que se extiende a las alfombras, un detalle que plantea interrogantes sobre la durabilidad y el mantenimiento.

A pesar de la controversia que rodea al Mansory Pugnator, su exclusividad seguramente atraerá a compradores dispuestos a pagar un precio significativamente más alto para poseer un modelo que despierta tanto admiración como repulsión.

Este fenómeno de personalización resalta no solo el deseo de individualidad de los propietarios de coches de lujo, sino también el equilibrio delicado entre la tradición automotriz y las tendencias contemporáneas en el diseño de automóviles.