Un estudio del Hospital Clínico San Carlos revela cómo las alteraciones en el plexo coroideo pueden relacionarse con deficiencias cognitivas en pacientes con COVID persistente.

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En Madrid, un grupo de investigadores del Hospital público Clínico San Carlos ha llevado a cabo un estudio que establece una conexión entre las alteraciones relacionadas con el plexo coroideo y los problemas cognitivos que afectan a pacientes con COVID persistente.

La investigación, publicada en la prestigiosa revista 'Molecular Psychiatry', se centra en evaluar cómo el aumento del volumen del plexo coroideo en estos pacientes puede estar vinculado a las disfunciones cerebrales y cognitivas que experimentan muchos de ellos.

El plexo coroideo es una estructura cerebral que cumple funciones cruciales como la producción de líquido cerebroespinal y el transporte de moléculas en el sistema nervioso central.

Investigaciones anteriores habían señalado que este componente podría actuar como punto de entrada para células inflamatorias en el cerebro, especialmente en pacientes que han padecido COVID-19, condiciones que se han evidenciado al considerar la respuesta del organismo al virus SARS-CoV-2.

En este nuevo estudio, se analizaron a 129 pacientes de COVID persistente, quienes presentaron síntomas como fatiga, problemas del sueño y alteraciones en el olfato, además de déficits cognitivos de gran relevancia.

La media de edad de los participantes era de 49 años, siendo el 73% de ellos mujeres. A lo largo del estudio se emplearon métodos de evaluación neuropsicológica, neuroimagen avanzada y análisis de marcadores inmunológicos. Los hallazgos indicaron un aumento significativo en el volumen del plexo coroideo entre los pacientes con COVID persistente en comparación con los controles sanos.

El neurólogo Jordi Matías-Guiu Antem, quien lidera la investigación, ha explicado que esta ampliación del plexo coroideo se asocia con cambios en la función cognitiva y modificaciones en la estructura cerebral, lo que resalta la complejidad del COVID persistente.

Estos resultados se enmarcan dentro de una línea de investigación más amplia que busca comprender mejor los síntomas prolongados de la COVID-19, ilustrando la importancia de estudiar los efectos a largo plazo de esta enfermedad en la salud cerebral.

Los investigadores consideran que la integridad del plexo coroideo pueda tener un papel esencial en la fisiopatología de los déficits cognitivos observados en estos pacientes.

Según María Díez Cirarda, neuropsicóloga y autora principal del estudio, este descubrimiento es fundamental para profundizar en la comprensión de cómo se relacionan los problemas neurológicos con el COVID persistente.

Aunque continúan existiendo incertidumbres sobre los mecanismos exactos que generan estas afectaciones, se han identificado como posibles factores tanto la neuroinflamación como otros mecanismos inmunológicos.

Este estudio contribuye a la creciente evidencia de que las manifestaciones neurológicas tras la infección por COVID-19 son reales y requieren atención médica.

A medida que avanza la investigación, es crucial destacar la importancia de desarrollar tratamientos dirigidos a mitigar estas secuelas y a mejorar la calidad de vida de quienes sufren COVID persistente.

La comunidad médica continúa trabajando para desentrañar los misterios que presenta esta enfermedad, proporcionándoles a los pacientes la ayuda necesaria para enfrentar sus desafíos.