Comunidad de Madrid dona excedentes alimentarios de hospitales para apoyar a personas en exclusión social

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de #Madrid ha anunciado que los excedentes de alimentos generados en los #hospitales públicos se destinarán a personas en situación de exclusión social.

Se trata de una iniciativa impulsada por un convenio de colaboración entre la Dirección General de Coordinación Sociosanitaria del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) y la Fundación Banco de Alimentos de Madrid, y se ampara en la Ley autonómica de Economía Circular.

Este programa busca convertir lo que podría considerarse residuo alimentario en una aportación solidaria para quienes más lo necesitan, al tiempo que se refuerza la higiene y la trazabilidad de los productos desde su origen hasta su entrega.\n\nEl primer complejo sanitario en activar este plan será el Gregorio Marañón, que ya está tramitando con la ONG los procedimientos de manipulación de estos productos desde su origen para garantizar trazabilidad y seguridad.

Este paso inicial sienta las bases para un reparto que priorizará la proximidad geográfica y las condiciones higiénico-sanitarias necesarias, con medios de transporte y almacenamiento adecuados que aseguren la conservación y la seguridad de los alimentos hasta su entrega a las personas destinatarias.\n\nLa distribución se efectuará con criterios de proximidad y se cumplirán de manera estricta las condiciones higiénico-sanitarias obligatorias, de modo que la mercancía llegue en buenas condiciones a los colectivos vulnerables.

El resto de hospitales públicos de la red madrileña se irán incorporando de forma progresiva

Después del Marañón, el resto de hospitales públicos de la red madrileña se irán incorporando de forma progresiva, de acuerdo con la capacidad operativa y la seguridad sanitaria que se alcance en cada fase.\n\nLa calidad de los alimentos donados está garantizada por rigurosos controles de seguridad alimentaria. Además, las dietas que se elaboran en los centros sanitarios a lo largo del año se ajustan a las recomendaciones nutricionales y a las pautas de endocrinólogos para promover un aporte equilibrado.\n\nPresuntamente, este enfoque forma parte de una tendencia de economía circular en el ámbito sanitario y podría servir de modelo para otras comunidades si se demuestran viabilidad y beneficios sociales.

En un marco más amplio, la iniciativa podría interpretarse como un esfuerzo por optimizar recursos y reducir desperdicios, al tiempo que se fortalecen redes de #solidaridad entre hospitales y entidades sociales, un objetivo que ha ganado ruido en políticas públicas y en debates sobre sostenibilidad.\n\nHistóricamente, iniciativas similares han ido apareciendo en distintos lugares como una respuesta práctica a la necesidad de canalizar excedentes hacia quienes más lo requieren, combinando seguridad alimentaria, trazabilidad y cooperación entre administraciones y ONG.

Aunque cada implementación difiere en su alcance y recursos, el interés común es obtener un doble beneficio: disminuir el desperdicio y mejorar la cobertura de apoyo alimentario para comunidades vulnerables.

Presuntamente, la experiencia del sistema madrileño podría inspirar proyectos semejantes en otras comunidades autónomas y reforzar la idea de que la #sanidad pública puede funcionar también como vehículo de sostenibilidad y justicia social.