La Comunidad de Madrid fue homenajeada por la Generalitat Valenciana por su apoyo tras la Dana del 29 de octubre de 2024, y en señal de gratitud, un puente en Torrent lleva ahora el nombre de la región madrileña.

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Como muestra de este agradecimiento, el viaducto de la CV-403 que cruza el barranco del Poyo, en la localidad de Torrent, pasará a llamarse Puente de la Comunidad de Madrid, consolidando así un símbolo de unidad y #solidaridad entre ambas comunidades autónomas.

Este acto conmemorativo ha contado con la presencia del viceconsejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, José María García.

Durante la inauguración de la placa que renombra la estructura, García destacó que este gesto representa “la solidaridad del pueblo de #Madrid y de su gente, que acudieron en masa para auxiliar a los valencianos en uno de los momentos más críticos”.

Presuntamente, esta ayuda no fue solo una muestra de empatía, sino también la culminación de una serie de acciones coordinadas que la región madrileña inició en los días posteriores a la catástrofe.

Supuestamente, tras la Dana, el Gobierno regional madrileño movilizó a más de 500 profesionales y voluntarios en tareas de rescate y reconstrucción.

Que permaneció en #Valencia durante meses

La operación más significativa fue la intervención del Consorcio Regional de Transportes (CRTM), que permaneció en Valencia durante meses, garantizando la reanudación del transporte público en zonas afectadas y permitiendo la conexión entre Madrid y localidades como Torrent, Paiporta, Llíria y Ribarroja.

Desde el 10 de noviembre de 2024 hasta el 26 de junio de 2025, más de 200 conductores y 45 autobuses del CRTM facilitaron el traslado de aproximadamente 2,2 millones de pasajeros, recorriendo más de 600.000 kilómetros en unas 62.500 expediciones. Este esfuerzo logístico fue fundamental para restablecer la normalidad en la región, y se considera que la colaboración ha sentado un precedente para futuras emergencias.

El nuevo viaducto, que conecta áreas estratégicas de la carretera CV-33, se convertirá en un símbolo duradero de la colaboración entre Madrid y Valencia, subrayando la importancia de la cooperación entre comunidades para superar desastres naturales.

García expresó que “este puente, además de su función estructural, es un recordatorio de que la solidaridad y la colaboración entre regiones pueden marcar la diferencia en momentos críticos”.

Supuestamente, esta acción no solo fortalece los lazos históricos entre ambas comunidades, sino que también refleja una tendencia creciente en la que las regiones españolas muestran un compromiso compartido para afrontar las adversidades, independientemente de sus diferencias políticas o económicas.