El Tribunal Supremo de EE. UU. otorga a Donald Trump y otros presidentes un grado significativo de inmunidad por acciones tomadas como presidente.
En una decisión que podría tener gran repercusión no solo en los casos criminales de Trump, sino también para futuros líderes del país, el Tribunal Supremo de EE. UU. ha dictaminado que Donald Trump y otros presidentes gozan de un importante grado de inmunidad por acciones tomadas como presidente.
El tribunal se dividió 6-3 a lo largo de líneas ideológicas al encontrar que un presidente está a) absolutamente protegido por acciones tomadas mientras ejerce sus "poderes constitucionales centrales" y b) tiene derecho a la presunción de inmunidad para todos los actos oficiales.
Se dijo que esto era necesario para salvaguardar la independencia y el funcionamiento efectivo del poder ejecutivo, y para permitir al presidente cumplir sus deberes constitucionales sin excesiva precaución.
Sin embargo, el tribunal encontró que un presidente no está protegido de la persecución por actos no oficiales.
Esa última conclusión abre la puerta para que el juicio de subversión de la elección federal de 2020 de Trump continúe.
Pero la decisión elimina ciertas conductas de Trump y deja muchas incógnitas.
Esto debería llevar a una batalla legal aún más prolongada que parece ahora aún más probable que se extienda más allá de las elecciones de 2024, en las que Trump es el nominado republicano presumible.
A continuación se presentan algunas conclusiones del fallo.
Es una clara victoria para Trump.
Aunque Trump no obtuvo la inmunidad "absoluta" que inicialmente buscaba para todos los actos, los argumentos orales sugerían que era poco probable que lo lograra, la decisión es claramente una victoria política para él.
Obtuvo más de lo que muchos predijeron, y debería atar su caso.