El presidente ruso se pronuncia tras avances significativos del ejército ucraniano en la región de Kursk, generando preocupaciones por la seguridad en la frontera.

En una reciente reunión con funcionarios de defensa, el presidente ruso Vladimir Putin interrumpió abruptamente al gobernador interino de la región de Kursk, Alexey Smirnov, quien había informado sobre la conquista de 28 localidades y aldeas por parte de las fuerzas armadas de Ucrania.

Estas acciones han llevado a que aproximadamente una sexta parte de la población de la región se haya visto forzada a evacuar.

Según Smirnov, las fuerzas ucranianas habrían penetrado hasta 12 kilómetros dentro del territorio ruso, estableciendo control sobre una franja de frontera de 40 kilómetros de ancho antes de que Putin interrumpiera su presentación, acotando que era un asunto que debía ser evaluado por los militares.

Durante la sesión transmitida por videoconferencia, Putin redirigió la conversación al gobernador, indicándole que hablara sobre la situación socioeconómica y la asistencia brindada a las personas.

Smirnov detalló que más de 120,000 residentes han sido auxiliados, mientras que otros 60,000 esperan ser evacuados.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, reconoció la magnitud de la intervención en un breve comunicado en video, publicado en su cuenta de Telegram, donde elogió la resistencia y las acciones decisivas de los soldados y comandantes de su país.

Este es un hito significativo, ya que es la primera vez que Zelensky admite directamente que las fuerzas ucranianas están operando en el interior de la región de Kursk.

Además, insinuó la posibilidad de que Ucrania envíe ayuda humanitaria a la región afectada.

El comandante en jefe del ejército ucraniano, Oleksandr Syrskyi, informó al presidente en el mismo video que, hasta el momento, se encuentran bajo control casi 1,000 kilómetros cuadrados de territorio de la Federación Rusa y que las operaciones ofensivas continúan en la región de Kursk.

Putin, al abordar la situación, enfatizó que la prioridad del Ministerio de Defensa ruso es "expulsar al enemigo de nuestros territorios" y, junto con el Servicio de Fronteras, garantizar una protección efectiva de la frontera estatal.

Adicionalmente, reconoció que los combates podrían extenderse más allá de la región actual, advirtiendo a Smirnov sobre la situación en la vecina región de Bryansk, señalando que aunque ahora prevalezca la calma, esto no asegura que la situación continúe de la misma manera en el futuro.

Esta situación refleja un aumento de las tensiones en una región que posee una significativa historia militar.

Desde la invasión de Rusia a Ucrania en 2022, las dinámicas de poder en esta área geográfica han estado en constante cambio, con la presencia de fuerzas ucranianas generando un nuevo contexto de incertidumbre y alarma para las autoridades rusas.