El conflicto en curso en Líbano provoca un colapso en la capacidad de respuesta de los servicios de emergencia, evidenciado por el trágico derrumbe de edificios en Sidón.

Beirut: La situación en Líbano se torna cada vez más crítica tras los recientes bombardeos israelíes que destruyeron varios edificios en las afueras de la ciudad de Sidón.

Mohamed Arkadan, un experimentado miembro de las fuerzas de defensa civil, se encontró frente a una emergencia sin precedentes.

Cerca de una docena de apartamentos se desplomaron, sepultando a más de 100 personas.

A pesar de sus 17 años de experiencia en una de las naciones más devastadas por la guerra, Arkadan se sintió abrumado por la magnitud de la destrucción.

Aproximadamente 24 horas después del ataque, su equipo logró recuperar más de 40 cuerpos, incluidos los de niños, además de 60 sobrevivientes.

La conmoción por las pérdidas humanas, especialmente de infantes, lo devastó, pero lo que más le dolió fue la impotencia de su equipo de rescate.

"No hemos recibido nuevos camiones de bomberos ni ambulancias en años.

Las herramientas y equipos de rescate escasean, y nosotros mismos compramos nuestras uniformes", lamentó Arkadan.

La crisis económica que comenzó en 2019, sumada a la explosión catastrófica del puerto en 2020, ha dejado a Líbano en un estado de caos, incapaz de proporcionar servicios básicos como electricidad y atención médica.

Los desacuerdos políticos han resultado en más de dos años sin un presidente ni un gobierno funcional, intensificando el sentimiento de abandono que viven los ciudadanos y los servicios de rescate necesarios durante emergencias.

Arkadan expresó: "No tenemos capacidad, no tenemos logística.

Nos falta todo, desde guantes hasta equipo de protección personal".

El conflicto militar ha vuelto a desestabilizar la vida en Líbano.

Desde el 17 de septiembre, las intensas campañas aéreas israelíes contra Hezbollah han causado la muerte de más de 1,000 personas, de las cuales cerca de un cuarto son mujeres y niños, de acuerdo con el Ministerio de Salud.

El jueves, dos ataques aéreos israelíes golpearon un centro de rescate islámico relacionado con Hezbollah en el sur del país, resultando en la muerte de seis médicos y la destrucción del edificio.

Antes de estos trágicos informes, el ministerio había documentado el fallecimiento de más de 40 rescatistas.

La emergencia ha puesto de manifiesto no solo el vacío de recursos en el sector salud, sino también la desesperación de un pueblo que, en medio de la devastación, busca respuestas y ayuda en un mar de incertidumbre.

Históricamente, Líbano ha sido un campo de batalla de diversas potencias y conflictos regionales, lo que ha llevado a la erosión de sus estructuras sociales y políticas.

La comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de la situación, mientras los ciudadanos de este país de 6 millones de habitantes enfrentan la adversidad con cada vez menos herramientas.

Esta crisis humanitaria resalta la necesidad urgente de apoyo externo y medidas efectivas para restaurar la seguridad y la funcionalidad en un país que ha sido golpeado por años de turbulencia y agresiones externas.