Investigadores han encontrado huellas de Paranthropus boisei y Homo erectus en la costa de un lago en Kenia, lo que sugiere una posible interacción entre estas dos especies de ancestros humanos.

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En un hallazgo significativo para la paleoantropología, científicos han descubierto fósiles de huellas humanas que datan de hace aproximadamente 1,5 millones de años en el área de Koobi Fora, en el norte de Kenia.

Estas huellas pertenecen a dos especies distintas de nuestros ancestros humanos: Paranthropus boisei y Homo erectus.

Este descubrimiento no solo arroja luz sobre la presencia de estas dos especies en la misma región, sino que también plantea preguntas intrigantes sobre sus interacciones y la posible competencia por recursos en un entorno compartido.

Las huellas se hallaron a orillas del lago Turkana, un área que ha proporcionado numerosos insights sobre la evolución humana.

Los investigadores encontraron una serie de 12 huellas que midieron aproximadamente 26 centímetros de largo, las cuales fueron atribuidas a un adulto de Paranthropus boisei.

Esta especie, que vivió entre 2,3 millones y 1,2 millones de años atrás, es notable por tener un tamaño que alcanzaba hasta 137 centímetros de altura y un cráneo diseñado para soportar grandes músculos de masticación, así como molares considerablemente grandes.

Por otro lado, las huellas de Homo erectus, cuya existencia se sitúa entre 1,89 millones y 110.000 años atrás, presentaron características más similares a las de los humanos modernos.

Estas huellas medían entre 20,5 y 23,5 centímetros, y eran casi perpendiculares a la pista principal, lo que sugiere un caminante que se movía en una dirección diferente.

Se considera que estas huellas podrían corresponder a un individuo juvenil de Homo erectus.


Louise Leakey, paleoantropóloga y directora del Koobi Fora Research Project, destacó que las huellas brindan una instantánea de un momento específico en la historia de la humanidad.

"Es posible que estos ancestros humanos se cruzaran al vadear las aguas poco profundas, quizás mientras cazaban y recolectaban", indicó Leakey, enfatizando la relevancia del descubrimiento para entender cómo estas especies podían haber cohabitado en un mismo espacio geográfico.

El hallazgo, publicado en la revista Science, se suma a un creciente cuerpo de evidencia sobre la coexistencia de diferentes especies de homínidos y su evolución en un entorno dinámico.

Kenia, conocida por ser un rico yacimiento de fósiles, continúa ofreciendo nuevas sorpresas sobre la historia de la humanidad.

Estas huellas son un recordatorio de que las interacciones sociales y los comportamientos de nuestros ancestros son temas que todavía tienen mucho que desentrañar.

La investigación en este campo no solo busca comprender el pasado, sino que también nos da pistas sobre la naturaleza humana y nuestras raíces evolutivas.

A medida que se progrese en el estudio de estos fósiles, se podrían revelar más detalles sobre la vida cotidiana de estas especies y su adaptación a su entorno.

La ciencia avanza, y con cada descubrimiento, se desdibujan un poco más las fronteras entre el presente y el pasado evolutivo de la humanidad.